El español Ion Izaguirre sacó la cara por el Movistar y ganó la vigésima etapa del Tour de Francia el 23 de julio del 2016. Foto: Lionel Bonaventure/AFP
Ion Izagirre (Movistar) logró la primera victoria española en el Tour de Francia al imponerse en solitario en la vigésima etapa disputada entre Megéve y Morzine, de 146 kilómetros, en la que el británico Chris Froome sentenció su tercer título.
Gloria para Izagirre, campeón de España contrarreloj, un gigante en el ascenso del Joux Plane, bajo la lluvia, y un meteoro en la bajada, donde jugándose el tipo soltó al colombiano Jarlinson Pantano (IAM) y al italiano Vincenzo Nibali, que le precedieron en meta a 19 y 26 segundos respectivamente.
Emoción y sonrisa de oreja a oreja para Froome, virtual vencedor, quien llegó al abrigo de su equipo a 4.15 del ganador, disfrutando ya de una tercera victoria que coloca al ciclista de origen keniano en el tercer escalón de la historia junto al belga Philippe Thys, el francés Louison Bobet y el estadounidense Greg Lemond.
Una jornada que no cambió la general en los puestos secundarios, por lo que el francés Romain Bardet (Ag2r) y el colombiano Nairo Quintana (Movistar) acompañarán a Froome en el podio de París. Alejandro Valverde terminará como primer español, sexto a 6.16 y Purito Rodríguez le sigue a 6.58. Los viejos rockeros nunca se rinden.
Cuando ya se temía que el ciclismo español se marchara de vacío en este Tour, llegó in extremis la hazaña de Izagirre. El de Ormaiztegi, de 27 años, enlazó en la subida del Joux Plane con Alaphilippe, Pantano y Nibali, y luego los fulminó bajando, No escatimó riesgos, y su valentía le permitió lograr la etapa más importante de su vida.
La última etapa real del Tour, ya que el domingo espera el desfile de homenaje a Froome en París, ofrecía un escenario ideal para la batalla por dos escalones del podio, ya que cuatro corredores estaban separados por poco más de un minuto: Bardet, Quintana, Yates y Porte.
Todo el mundo tenía en mente el ascenso y descenso del coloso Joux Plane, con la cima a 12 kilómetros de la meta de Morzine. Hasta la temida montaña el protagonismo lo asumieron 30 corredores que saltaron en el Col de Aravis.
Allí estaban, entre otros, Sagan, De Gendt, Nibali, Izagirre, Pantano, Erviti y Rui Costa. Una fuga de entidad que contó con el permiso de un pelotón que aún controlaba el Sky, con Froome a buen recaudo.
La fuga la dirigió Peter Sagan desde la Colombiere. El campeón del mundo se convirtió en un gregario de lujo al servicio de su compañero checo Roman Kreuziger, a 4 minutos del podio, pero su sacrificio terminó en las rampas de La Ramaz (1a), donde se redujo el grupo a 8 corredores.
De Gendt coronó en cabeza, pero el belga cedió al acoso de Pantano y Alaphilippe en el descenso. Ambos llegaron a la zona llana de transición hacia el Joux Plane con 6.35 minutos sobre el grupo principal, dirigido por Orica y Ag2r de Bardet y Yates, cuarto clasificado.
Los candidatos al podio no se movieron en el coloso de la Alta Saboya. Era el último cartucho por la etapa y la general en la 103 edición del Tour. Con lluvia y niebla, empezó la batalla por delante. Una batalla interesante por la etapa, que no por la general, pues los favoritos firmaron tablas y pacto de no agresión. Todo el mundo se conformaba con su puesto.
El Joux Plane (categoría especial, 11,6 kms al 8,5 por ciento de pendiente) fue un espectáculo. Primero por el duelo entre el francés Alaphilippey el colombiano Pantano. El primero se dejó la piel, pero no tuvo forma de soltar al ciclista del Iam.
A ellos se unió Nibali. El italiano atacó a 4 kilómetros de la cima y presentaba credenciales para una bajada de las suyas. Olía a victoria siciliana. Pero llegó Izagirre, se unió al trío y tomó la iniciativa bajando.
El campeón de España contrarreloj se tiró en busca de la meta de Morzine, abrió un hueco de un puñado de segundos y ya no le volvieron a ver el dorsal. El guipuzcoano saltó al historial del Tour con su primer triunfo.
De paso alivió el ambiente en Movistar, quien no logró el suelo amarillo con Quintana, pero al menos se lleva el consuelo de una etapa y la general por equipos. Izagirre adorna su palmarés con una etapa en el Giro, la Vuelta a Polonia 2015 y el título de campeón nacional en ruta 2014.
Este año ha brillado en el Gran Premio Indurain, ganó una etapa en Romandía, una en Suiza y el maillot nacional contrarreloj. En Morzine recibió su bautizo en el Tour. “No hay que tener miedo y jugársela. Esta victoria es para mi hija que está por nacer”, dijo en meta. Premio para un valiente.
Este domingo se cierra la 103 edición con la vigésimo primera etapa entre Chantilly y París, un recorrido de 113 kilómetros que servirá de homenaje al maillot amarillo.