Una larga cambiada, muestra del repertorio capotero. EFE
El triunfo de Uriel Moreno, ‘El Zapata’ en la plaza de toros Monumental de México fue sólido.
Tres orejas fueron los premios tras dos faenas plagadas de su personal estilo de interpretar la tauromaquia, con una variedad inmensa de su repertorio capotero y esplendor al clavar banderillas. ‘El Zapata’ volvió a triunfar.
Con él, también cortó una oreja Jerónimo y Antonio Mendoza dio una vuelta.
Se lidiaron seis toros de Pozohondo, de trapío y nobleza, que humillaron mucho aunque adolecieron de duración en la pelea (encaste Llaguno). Los toros dieron opción a una tarde entretenida con faenas templadas.
El experimentado Uriel Moreno, ‘El Zapata’, volvió a derramar la variedad de su tauromaquia con el capote. Lances indescriptibles como los tantos que el rico repertorio con el percal ha aportado la expresión mexicana a la fiesta de los toros. Muchos de aquellos lances obligan a repasar las viejas crónicas y llevan inevitablemente al recuerdo de algunos pasajes que hicieron famoso a Rodolfo Rodríguez, ‘El Pana’.
Las banderillas también son su fuerte, y la variedad y exposición son la clave a más de un alarde de facultades físicas que envidiarían algunos principiantes. Vuelta tras cumplir el segundo tercio de su primer toro. Y con ambos toros y con su particular estilo ‘El Zapata’ brilló y logró el favor del respetable. Una oreja y dos orejas tras una estocada volcándose.
Jerónimo hizo gala de una tauromaquia clásica, en la línea mexicana , con temple, y se llevó una oreja de ley en el toro que le ayudó. Mendoza mostró un valor seco y maciza concepción y regaló una buena faena en el astado que le dio prestaciones. Vuelta.