Oficinistas y guardias hacen planes para ver el partido de la Tri

En la Plaza Grande, adultos y niños llevaban la camiseta tricolor, esta mañana. Foto: Andrea Gordón / EL COMERCIO

En la Plaza Grande, adultos y niños llevaban la camiseta tricolor, esta mañana. Foto: Andrea Gordón / EL COMERCIO

En la Plaza Grande, adultos y niños llevaban la camiseta tricolor, esta mañana. Foto: Andrea Gordón / EL COMERCIO

Los quiteños incorporaron, este martes 13 de octubre del 2015, una prenda especial a su atuendo: la camiseta de la Selección del Ecuador. Algunas personas la llevaban camuflada con los uniformes de las empresas, en el sur, centro y norte de Quito. Por ejemplo, Lorena Valladares, quien es recepcionista vestía la "piel de la Selección", como ella llama a la camiseta, debajo de su blusa blanca y chaqueta azul.

Cuando termine su horario de trabajo irá con sus amigos a un restaurante al norte de Quito, para mirar el segundo tiempo del partido, ya que sale a las 17:00 aproximadamente. Y el cotejo comenzará una hora antes.

Las personas que no usan la camiseta de la Tricolor ecuatoriana han optado por utilizar ropa amarilla y azul, como una forma de brindar apoyo a los seleccionados, para el partido que se llevará acabo esta tarde en el Estadio Atahualpa.

La expectativa del partido de Ecuador ante Bolivia ha crecido en los últimos días, ya que en el anterior encuentro por las eliminatorias al Mundial de Rusia, la Selección venció a Argentina.

A pesar de que el partido será a las 16:00, los hinchas han creado estrategias para ver el encuentro de la Tricolor ecuatoriana con el equipo boliviano. Por ejemplo, Carlos Robalino, de 40 años, quien es guardia de seguridad. Cambió su turno en la empresa en la que trabaja para asistir al Estadio Atahualpa con su esposa y con sus dos hijos. "No me importa laborar en la noche y madrugada, ya que lo importante es compartir este tiempo en familia y apoyar a la Selección",dijo Robalino.

Otras personas han optado por ver el partido de la Tri desde sus oficinas. Josué Escobar, de 30 años, contó que su horario de trabajo no será un impedimento para ver el fútbol. Con sus compañeros se organizaron para llevar una televisión. Durante el partido pedirán comida.

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