A Oswaldo Minda, volante chulla, le dicen ‘perro’ por su forma de perseguir a los rivales en la cancha. Dice que su esposa y su hijo son la razón de su vida.
¿Es cierto que no le gusta que le digan Tilson?
No me gusta, mi papá se llama así y yo siempre le molesto y le digo: te fregaron con ese nombre. Lo jodieron definitivamente y no contento con ello también me puso ese nombre. No se vale.
En cambio sí le gusta su apodo: ‘perro’. ¿Por qué?Porque identifica mi forma de ser en la cancha, la agresividad con la que encaro los partidos. Desde chico me dijeron así cuando me inicié en el fútbol.
Si fuera un perro, ¿de qué raza sería?
De los más bravos ja ja. Pero solo cuando entro a la cancha. Fuera de la cancha soy muy tranquilo, me encanta estar con la familia y sobre todo leer.
¿Qué está leyendo ahora?
El Hijo del Rey, un libro que habla de Dios, de gente que ha confiado en Dios para superarse.
¿Usted es religioso?
No, solamente creo en Dios, no profeso ninguna religión.
¿Lee en las concentraciones del equipo?Trato de leer. También en las concentraciones descanso mucho y juego play station. Realmente las concentraciones son tiempos muy agradables para compartir con los compañeros.
En las concentraciones se oye reggaetón, bachata y salsa. ¿Le gusta esa música?
Me gustan un poco las tres, aunque a mí me atrae más el hip hop. Pero sí es cierto que se oye mucho de eso en las concentraciones.
¿Qué recuerdos tiene de su vida en su natal Pasaje, provincia de El Oro?
En Pasaje tengo a todos mis amigos, tengo todo. Vivo 10 años en Quito, no tengo muchos amigos aquí. Siempre he sido pegado a mi familia y a mis amigos de allá.
Si uno va a Pasaje de visita, ¿qué debe comer?
¡Uy!, allá uno debe comer el arroz con menestra y carne, es lo más típico. Yo aprovecho para comer buen marisco también.
Los jugadores costeños que viven en Quito extrañan mucho la comida de su tierra…
La verdad es que sí. Se extraña mucho, pero hay que superarlo y tratar de aprovechar las vacaciones para comer lo que le gusta.
Su suegro Leonardo Piedra es cantante. ¿Es bueno?
La verdad es que sí, canta muy bien. Es muy conocido porque canta boleros.
¿Es cierto que su hijo Radamel Falcao también canta mucho?
Sí, le encanta cantar y jugar al fútbol. Son las dos cosas que más hace en el día. Le veo con mucho talento para las dos cosas, pero son cosas de niños. Tiene 3 años, pero creo que puede tener futuro en las dos áreas.
Radamel Falcao, como el centrodelantero colombiano del Porto…
Me gustaba el nombre del colombiano. Me gustó mucho, así que decidimos ponerle así.
¿Qué canta Radamel?
A él le gustan las baladas que escucha la mamá. Alejandro Sanz y Ricardo Arjona.
Para conquistar a su esposa. ¿Llevó serenata?
Ja ja. No, yo era simple, no era un conquistador espectacular. Paola me atraía desde el colegio y un día me acerqué y le dije que me gustaba mucho. Desde entonces han pasado 11 años de relación. Ella fue mi primera novia.
¿Es decir que a usted no le cabe el sobrenombre de ‘perro’ por lo mujeriego?
Ja ja, yo vivo para mi familia, siempre trato de buscarles cosas importantes. Me dicen ‘perro’ por mi forma de jugar, no por mujeriego.
Si no hubiera sido futbolista, ¿cuál sería su profesión?
De niño me encantaba la idea de ser doctor, de ser médico.
¿Veterinario?
No, ja ja, médico general. Mis sueños siempre fueron ser futbolista y ser médico. Pero me incliné más por esto y me ha ido bien gracias a Dios.
Estuvo a punto de irse a China y también al fútbol de Israel. ¿Qué tal le va con los idiomas?
La verdad es que no muy bien. El español básicamente. No sé cómo lo habría afrontado, pero realmente esas opciones nunca se concretaron. Yo me quedé aquí en el país y la verdad es que me siento bien y cómodo.
Y después del fútbol, ¿qué?
Hice algunas inversiones importantes con la plata que pude conseguir en el fútbol. Espero que todo salga bien.