El ecuatoriano Luis Antonio Valencia, jugador estelar de LDU. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
El retorno a Ecuador fue más estresante de lo que había previsto. La idea de Antonio Valencia era volver al país, jugar tres o un poco más de años y retirarse del fútbol. Sentía el llamado de su familia y de sus padres Teresa y Luis Antonio para estar en su país.
En las últimas horas llegaron sus últimas pertenencias desde Manchester en barcos. Con eso cerró el ciclo de diez años en la ciudad inglesa en la que brilló con el United.
Ahora, el volante, de 34 años, se enfrenta al reto de brillar con Liga, el equipo al que le dio el sí. La idea de jugar la Libertadores y ser protagonista activó su gen competitivo. Hoy (21 de agosto del 2019) será titular por la banda derecha en el partido ante Boca Juniors, que se inicia a las 17:15, en el estadio Rodrigo Paz.
Hace 11 años, ‘Toño’ le hizo un gol a Boca: fue en su primer partido con la camisa del United, en un amistoso. Hoy intentará probar desde fuera al golero Esteban Andrada, con su potente remate. Pero más que un gol, Valencia busca una actitud que lo consagre.
La jornada del 20 de agosto, la Ecuafútbol decidió marginarlo de la Selección. No fue convocado para el partido ante Perú. Se lo señala como uno de los participantes en la reunión del piso 17 del hotel de la Tricolor en Belo Horizonte, Brasil. Allí, según la postura de la FEF, seis jugadores de la Selección se reunieron para tomar cerveza y tequila, precisamente en la habitación de Valencia.
Toño sostiene que en la reunión no pasó nada y que nadie terminó en estado etílico. Intenta superar el episodio, aunque le entristece estar cerca de la Tricolor, a la que sirvió en 99 partidos, en cuatro Copas Américas y dos Mundiales.
Ahora solo se enfoca en Liga. Busca consagrarse en el equipo y dice que debe adaptarse al fútbol ecuatoriano. El pasado viernes lo expulsaron ante Barcelona. Le sacaron amarilla por usar sus brazos para separar rivales, algo a lo que estaba acostumbrado en Inglaterra. Su esposa Zoila Meneses y su hija Doménika, son su principal cobijo.