Piero Guzmán, mediocampista de Aucas Sub 18, fue el portaestandarte del pabellón nacional del Colegio Nuevo Ecuador de Quito. Foto: Cortesía Piero Guzmán
En la antigua normalidad, Diego Castañeda, de 17 años, tenía la agenda totalmente ocupada. Vivía en El Quinche y desde allí tenía que desplazarse a La Armenia para cumplir sus entrenamientos con la Sub 18 de la Universidad Católica.
Se embarcaba en un bus que lo llevaba desde El Quinche hasta Tumbaco. En ese lugar tomaba otro transporte que lo dejaba en la autopista General Rumiñahui y desde ahí caminaba un par de kilómetros hasta el complejo de la Católica.
Practicaba y después se iba al Colegio Nuevo Ecuador, en el centro norte de Quito, en donde cursaba el tercer año de bachillerato. Entonces, sobrevino la pandemia. En aquella segunda semana de marzo, Católica solo había jugado un partido en el Sub 18: ante Chacaritas. “Nuestro entrenador, Miguel Rondelli, nos dijo que debíamos quedarnos en la casa y que íbamos a entrenarnos por Zoom. En el colegio, las clases presenciales también se suspendieron. Todo era por la computadora”, recuerda hoy el joven guardameta.
Las pantallas reemplazaron al césped y a los pupitres. Practicaba lunes, miércoles y viernes por Zoom, y martes y jueves tenía que enviar videos con la realización de los ejercicios propuestos por el cuerpo técnico. A la par, estudiaba el último año de colegio. En agosto pudo terminar sus estudios y festejar su bachillerato. “Tengo claro que el fútbol no será para toda la vida. Por ello también he decidido prepararme académicamente”.
El año pasado, no hubo campeonatos juveniles. Un total de 2 117 jugadores se quedaron sin actividad. Algunos, como Castañeda, optaron por enfocarse en sus estudios. Otros, como William Ocles, tuvieron que trabajar tras quedarse sin actividades deportivas.
Diego Castañeda, golero de la Sub 18 de Universidad Católica, pudo graduarse de bachiller aprovechando la paralización por la pandemia. Foto: cortesía
Ocles era el capitán de la Reserva de Liga. Es centro delantero y tiene 22 años. En mayo le rescindieron el contrato, tras el anuncio de que no habría actividad en el año. Entonces, tuvo que apelar a su faceta
de modelo para que le ingresaran recursos.
En el 2015 se presentó a un ‘casting’ para ser imagen de una bebida gaseosa. Desde entonces ha alternado el fútbol y la pasarela. Durante la paralización de los torneos hizo producciones para una industria textil. Su imagen se veía en pancartas en centros comerciales.
Luego, en el último trimestre pudo volver a jugar en Guayaquil FC, en la Segunda Categoría. Esta temporada pudo fichar por el Mushuc Runa. Ahora espera reunir dinero para estudiar Jurisprudencia, en modalidad a distancia.
Según la Ecuafútbol, este año sí habrá torneos de formativas. Así se ha indicado a los clubes. Máximo Villafañe, coordinador de juveniles de Aucas, cuenta que en febrero se realizarán selectivos para la Reserva y después se irán incorporando las otras categorías juveniles.
En Loja, el volante Piero Guzmán espera el OK de la directiva oriental para volver a Quito. Él iba a cumplir su primer año en Aucas cuando llegó la pandemia. Volvió a su ciudad natal y se mantuvo estudiando a distancia en el Colegio Nuevo Ecuador.
William Ocles junto a Adrián Gabbarini (foto izq.) cuando jugaba en Liga. Foto: Cortesía Liga
El mediocampista quiere dedicarse por entero al fútbol, pero es buen estudiante. En el año lectivo fue portaestandarte del pabellón nacional de su colegio, un detalle por el que recibió felicitaciones incluso de Aucas en sus redes sociales.
“Siempre tuve buenas calificaciones. La paralización sí ayudó a que me enfocara en los estudios. Guzmán se entrenó virtualmente los primeros meses de la pandemia. Después, el equipo oriental paró la actividad, que se retomó desde septiembre hasta final de año. Hoy sueña con volver a jugar.
William Ocles trabajó como modelo en publicidades durante el año pasado. Foto: Cortesía William Ocles