Jaime Naranjo es miembro de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol. Foto: EL COMERCIO
Jaime Naranjo, historiador de fútbol y estadístico, habla sobre los datos y hechos del fútbol. Él es miembro de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol.
¿Cómo empezó su afición con los números?
Carlos Rodríguez Coll me invitó para que diera, telefónicamente, la información sobre la tragedia del 24 de mayo de 1964 por el partido del Preolímpico entre Perú y Argentina, en Lima. Luego me propuso que integrara el grupo deportivo, reducido por cierto, en Radio Metropolitana. Ahí comenzó, como aficionado, mi incursión en el periodismo deportivo.
¿Cómo se enteró de la tragedia de Lima?
A través de una radio que aún guardo. Todavía funciona, es marca Phillips. Lo conservo con mucho cariño, igual que una antigua máquina de escribir marca Olympia, en la que escribo los datos de los partidos del Campeonato de Fútbol, que se realizan semanalmente, en cuartillas que luego las junto para hacerlas empastar.
¿Qué le motivó a escuchar ese hecho ocurrido en Lima?
Mi afán por enterarme de la mayor parte de los acontecimientos. Recuerdo que, muchacho aún, escuchaba las narraciones de los torneos nacionales del fútbol aficionado que se realizaron entre 1942 y 1949, en diferentes capitales de las provincias del Ecuador. Los Sudamericanos de fútbol y de basquetbol, igual. Posteriormente, los cotejos profesionales en nuestro país. Y, desde luego, los mundiales, como el de 1950 y el recordado ‘Maracanazo’, o la apoteosis de Brasil en 1958, 1962 y 1970.
¿Acertó en elegir el periodismo por la odontología?
A la odontología le dediqué 26 años. Me inicié en el periodismo en 1964 y combinaba las dos profesiones. Pero poco a poco el periodismo fue requiriendo de mí más tiempo, para dedicarlo a mis labores en EL COMERCIO y en Radio Quito, hasta que en 1982 tuve que tomar una decisión, difícil por cierto, pero la comunicación social le ganó a la del campo médico. Creo que la determinación fue acertada…
¿Qué le inclinó a llevar las estadísticas del fútbol y del baloncesto?
El consejo de un inolvidable amigo, Blasco Moscoso Cuesta, quien me dijo: “En el campo periodístico, sea original. No trate de imitar a nadie”. Eso y mi afán por guardar datos y hechos y transformarlos en números, contribuyeron a inclinarme por las estadísticas, para los dos medios de comunicación en los que laboraba.
¿Cuántos cuadernos con las estadísticas del fútbol nacional tiene?
Cada año abro un nuevo cuaderno. Entonces, desde 1957 hasta 2014, son 56 los cuadernos. Luego estos son agrupados para hacerlos empastar debida y cuidadosamente. Son unos 20 tomos dedicados al fútbol ecuatoriano. Aparte de un cuaderno dedicado a los nueve campeonatos nacionales del fútbol aficionado… Poseo, además, todos los datos de los partidos de los campeonatos de AFNA, desde 1954 hasta 1967.
¿Cuántos cuadernos con las estadísticas del baloncesto tiene?
Una decena de ellos registran el historial del basquetbol ecuatoriano, también en un par de tomos. Sigo todas las competencias a escalas nacional e internacional. Los últimos mundiales, el masculino de España y el femenino de Turquía, competencias recientes en las que se impuso Estados Unidos.
Sus archivos, además, ¿qué guardan?
Trato de conservar los hechos curiosos, referencias históricas, los registros comparativos, el desarrollo de las competencias internacionales como Copa Libertadores, Sudamericana, Copa América, etc.
¿Cómo realiza sus anotaciones para llevar los datos de los diferentes partidos del campeonato de fútbol?
En los primeros años, acudía a los cotejos que se efectuaban en el estadio Olímpico Atahualpa y seguía las transmisiones radiales y leía al otro día los periódicos. Luego, con las transmisiones por televisión, miro esas confrontaciones y anoto todas las novedades. Cuando son partidos simultáneos, acudo a los diferentes medios que siguen esos choques. Confronto con diferentes fuentes. Acudo a la revisión de las actas de juego. Solo así son informes ciertos, seguros, que ingresan a mis registros. Combino lo antiguo con lo moderno, para llevarlos a los cuadernos y escribo mecanográficamente en cuartillas, que tienen los datos de todos los partidos de la fecha y van posteriormente a formar parte de otro tomo para mis archivos. Se requiere de dos cosas en el aspecto estadístico: constancia y dedicación completa.
¿Cuál fue la cobertura más complicada?
El partido de Copa Libertadores del 11 de abril de 1976 en Santa Cruz (Bolivia), entre Guabirá y LDU. Ganó Liga de Quito con penal convertido por Rubén Scalise a los 15 minutos. El público, descontento, invadió la cancha para agredir al árbitro Luis da Rosa, uruguayo. Allí terminó el cotejo, por falta de garantías. Los aficionados reaccionaron malamente, fueron al hotel donde se hospedaba Liga y rompieron, a pedradas, todos los vidrios de los amplios ventanales. Resultó imposible enviar, vía aérea, la información y material fotográfico para diario EL COMERCIO.
¿Qué huella dejó en usted Blasco Moscoso Cuesta?
La del mejor amigo que me ha otorgado el fútbol. No recuerdo haberle visto enojado. Siempre tuvo un chiste, una ocurrencia. Diariamente nos comunicábamos, al menos telefónicamente.