El confort en el que se entrenan los jugadores del club sangolquileño es evidente desde el momento en que el guardia da la bienvenida a los visitantes, en el Complejo de Alto Rendimiento, en Sangolquí.
Mirando desde unos 10 metros de distancia todo luce en orden. Chicos y grandes sonríen. Parecen estar cómodos.
Atravesando la puerta que divide una cancha de otra, específicamente en la que se entrenan los pupilos de Juan Carlos León, técnico de la categoría Sub 18, la primera impresión es confirmada por quienes trabajan ahí.
En el complejo de Sangolquí, el más grande del país, -posee siete canchas de fútbol profesional, bar, gimnasio, residencia- los juveniles se entrenan en las mejores condiciones, no les envidian nada a los jugadores de Primera.
Al igual que ellos, los futbolistas de las Sub 12, 14, 16 y 18 tienen atención médica, psicológica, dental… También reciben indumentaria de entrenamiento y dos pares de zapatos para todo el año.
Todos, desde los más pequeños, cuentan con ayuda económica, según Roberto Arroyo, coordinador. De aquello da fe Cristian Molina, representante de jugadores.
Los de las 12 y 14, por ejemplo, reciben USD 50 mensuales. Los de la Sub 16 suman entre USD 100 y 150. Ese rubro puede aumentar si el nivel de un jugador es superior al del resto.
Para los jugadores que llegan de provincia, Independiente del Valle construyó una residencia con capacidad para 140 personas. Hoy, ese lugar está habitado por 100 jóvenes, de entre 11 y 18 años.
En ese sitio ellos reciben alimentación balanceada: desayuno, almuerzo y merienda. Y si llegarán a necesitar un préstamo, Independiente también se los da. Dependiendo del monto lo van descontando del rol de pagos del jugador.
Por toda esa inversión, que al año en formativas llega a los USD 8 000, los DT de club sangolquileño piden esforzarse a sus jugadores. Los resultados: los Sub 16 se consagraron tetracampeones y la Sub 18 sumó su tercer título, en el 2012.
La U. Católica y Dep. Cuenca también seducen a los juveniles Esos dos equipos también están enfocados en trabajar con las divisiones formativas. Universidad Católica, con la guía del DT Jorge Célico, se esfuerza para formar a los juveniles con el objetivo de ascenderlos a Primera y evitar comprarlos, como hoy es el caso de El Nacional, que contrató a cinco jugadores menores de 20 años.
“Los encargados de dirigir a los equipos deben entender que aquí está el futuro plantel de Primera y que es bueno invertir”, dijo Célico, quien vigiló la construcción de la residencia para los juveniles y que además los motiva a estudiar.
En el Deportivo Cuenca entendieron eso de “invertir” y según César Bermeo, entrenador de la categoría Sub 18 y tutor de los jugadores que viven en la residencia del equipo, los chicos reciben alimentación, viáticos para la movilización y estudian en el Colegio Nocturno César Dávila.
“Su permanencia depende de la disciplina que mantengan en la pensión y de los progresos que demuestren en la cancha”.
La meta de cada uno de los integrantes es la de jugar en el equipo profesional.
Hay jugadores que pasaron por el mismo proceso y ahora forman parte del plantel de Primera Categoría. Es el caso de Janio Panchano, Mario Barrionuevo y Pedro Nazareno, quienes ya debutaron en la categoría de élite.
Ellos y otros jugadores que también están en el plantel profesional son el espejo donde se miran los de las categorías menores.
Deportivo Cuenca, en los últimos cuatro años, fijó su mirada en las divisiones formativas y de allí el trato que reciben los jugadores de las categorías Sub 14, 16 y 18.
En la residencia no tienen problemas con los servicios básicos y se entrenan en la cancha alterna del Complejo de Patamarca o en otros escenarios de la ciudad que prestan las garantías necesarias.
“Estamos muy conformes con el trato”, resume Luis Calle, apodado ‘Messi’, quien hace dos años llegó al conjunto morlaco procedente de Macas.
Juan Manuel Durán, psicólogo del conjunto colorado, cuenta que los entrenadores son quienes identifican jugadores que potencialmente pudieran actuar en el plantel profesional.
Una vez que eso sucede, el trabajo es personalizado, se trata de bajarles la ansiedad para que sepan que es necesario un proceso antes de llegar a Primera.
El profesional remarca que “la idea es que la ansiedad no les juegue una mala pasada”.
Durán sostiene que Johnson, Escobar, González y León pasaron por terapia al ser considerados potenciales jugadores de Primera categoría. Sin embargo, no son nuevos en este tipo de trabajos y por eso se adaptan con facilidad.
La posibilidad de saltar al profesionalismo, con la norma de un jugador Sub 18 en cancha “es una oportunidad que se presenta en un abrir y cerrar de ojos”, comenta el profesional.
Ronaldo Johnson, quien actúa de volante izquierdo, confía que este será su año para saltar al profesionalismo. El año pasado jugó 39 partidos con el equipo de la Sub 18 y marcó 10 goles.
Los jugadores de todas las formativas del Dep. Cuenca se entrenan con uniformes completos.