Sandro Rosell, presidente del Barcelona, realizó hoy un discurso de concordia, pero avisó al Real Madrid de la necesidad de rebajar la escalada de tensión en los clásicos al afirmar: “Acabaremos matándonos por la calle”.
Todavía se sigue hablando del clásico jugado el pasado miércoles y que terminó con una pelea al final del encuentro, incluyendo la famosa escena de José Mourinho, el técnico del Real Madrid, metiéndole el dedo en el ojo a Tito Vilanova, segundo entrenador del Barcelona. “Si no ponemos ‘seny’ (sentido común), acabaremos matándonos por la calle”, dijo en un discurso ante aficionados del Barcelona. Además, aseguró que el club azulgrana no quiere convertir a nadie en víctima, en alusión a Mourinho, motivo por el que decidió no denunciar su actitud en la Supercopa.
La decisión de no pedir sanción para el entrenador del Real Madrid fue consensuada por la junta directiva y el principal implicado, Vilanova. “Él fue el primero que no quiso tener mayor lío”, aclaró el mandatario azulgrana. Estas declaraciones de Rosell llegan poco después de que Joan Laporta, anterior presidente del Barcelona, le exigiera “mano dura” con el Real Madrid. Pero el actual mandatario abogó por enarbolar una “bandera blanca”. “Si queréis una directiva bravucona y charlatana, buscad a otra porque nosotros no lo somos”, dijo en referencia a las últimas opiniones de Laporta.
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El dirigente azulgrana considera que la opinión pública ya ha emitido su juicio sobre la acción de Mourinho en el Camp Nou contra el ayudante de Josep Guardiola. “Las imágenes lo dicen todo y los órganos competentes deben decidir si actúan o no”, añadió.
Lo ocurrido tras el partido de ida en el Santiago Bernabéu hizo reflexionar a los directivos del Barcelona, cuyo autobús fue apedreado. “Rompieron una ventana y la piedra estuvo a punto de herir a un menor que venía con nosotros”, explicó Rosell.”Eso nos hizo reflexionar que hay algo que no hacemos bien de cara a la sociedad. Algo no funciona. Si no ponemos ‘seny’, acabaremos matándonos por la calle”, insistió.
Rosell pidió a la federación de aficionados azulgranas, y por extensión a todos los seguidores “culés”, que se normalice la situación y hagan caso omiso a quienes intentan desestabilizar el club. “Entre todos tenemos que bajar la crispación”, insistió.