En el minuto 97 empezó el horror. El partido entre dos equipos de fútbol egipcios tuvo ayer una sangrienta e inesperada prórroga en la ciudad de Port Said, al noreste de El Cairo.
El local Al Masry (El Egipcio, en árabe) ganó 3-1 al Al Ahly, uno de los equipos más laureados de África. Pero la victoria no aplacó los ánimos de sus seguidores, que invadieron el campo y en minutos escribieron la página más negra de la historia del fútbol egipcio.
El césped se convirtió en una batalla campal que, retransmitida en directo por las cámaras de la televisión estatal, degeneró en un caos sangriento: hinchas arrojando piedras o botellas; los jugadores y el equipo técnico de Al Ahly huyendo de la turba; una guerra cuerpo a cuerpo entre seguidores de ambos conjuntos; muertos con fracturas en el rostro y hemorragias internas y heridos con contusiones y cortes profundos, tras caer de las gradas del estadio. “Esto no es fútbol. Es una guerra. No hay seguridad ni ambulancias”, denunció Mohamed Abo Treika, jugador del Al Ahly, . “Las fuerzas de seguridad no nos protegen. Un aficionado acaba de morir en el vestuario, frente a mí”.
“Es lamentable y profundamente triste. Es el mayor desastre de la historia del fútbol en Egipto”, acertó a decir el viceministro de Sanidad, Hisham Sheiha, en una entrevista en la TV estatal.
El entrenador del equipo cairota, el portugués Manuel José, narró el “caos completo” de los minutos que sucedieron al final de encuentro. “La culpa es de los soldados y de policías también”.
El dolor siguió en las morgues de los principales hospitales. “Hay 11 muertos en mi hospital. Otros dos centros tienen 25 cadáveres”, relató el director de una clínica. “Algunos fallecieron en la estampida y otros de asfixia”.
Poco después, las autoridades trataron de restablecer el orden en Port Said, donde incluso hubo algunos actos de vandalismo.
El jefe de la Junta Militar, Husein Tantaui, envió dos helicópteros y buses delEjército para evacuar al equipo del Al Ahly y a sus hinchas. La Federación de Fútbol suspendió indefinidamente la primera división de la Liga. La Fiscalía ordenó una investigación para esclarecer la violencia que los influyentes Hermanos Musulmanes atribuyeron a “acólitos del ex presidente Hosni Mubarak”.
El último balance del Ministerio de Salud, informó la agencia AFP, señalaba por lo menos 74 muertos, entre ellos un policía, y cientos de heridos. El Ministerio del Interior anunció que 47 personas fueron detenidas.
El presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, calificó de “ día negro ” para ese deporte.