Un Buenos Aires otoñal, húmeda y gris recibió al Deportivo Quito. El campeón ecuatoriano realizó ayer su verdadero entrenamiento en la Casa Amarilla, de Boca Juniors, luego de que la fuerte granizada obligara la suspensión de la práctica del lunes.
El mal tiempo no abandonó al cuadro ‘chulla’ en la mañana de ayer. La llovizna fue intermitente, molestosa, pero algo hay en el ánimo de los jugadores del Deportivo Quito para enfrentar a Vélez Sarsfield, mañana, en el estadio José Amalfitani, por el grupo 7 de la Copa Libertadores. Las carcajadas durante la jornada fueron continuas.
La seguidilla de tres goleadas consecutivas es la razón para el buen humor. “Nos ha servido de mucho. El equipo agarró confianza de nuevo. Sabemos que tenemos grandes jugadores, pero nos faltaba ganar los partidos. Ahora que lo hemos logrado, el objetivo es seguir manteniéndolo. Hay que acostumbrarse a ganar, como señala el ‘profe’, y aprovechar todas las posibilidades”, dijo el defensa Luis Checa a EL COMERCIO.
Sin embargo, como indica el manual del deportista, Checa, uno de los líderes del equipo dirigido por Carlos Ischia, sabe que siempre que se gana, “todo es bueno, pero hay que estar conscientes de que cada juego es difícil. Vélez será local y tratará de revertir la goleada en Quito y tenemos que estar atentos. Es un cotejo difícil”.
“Siempre uno tiene que tratar de no perder la calma aunque las cosas vayan mal”, respondió Ischia a este Diario en lo que fue su último contacto con la prensa antes del partido.
“Nunca hay que perder el humor aunque los resultados no se den a favor y lógicamente de esa manera las cosas que pueden darse vuelta como está dándose ahora (queda un rato en silencio). O volviendo a la normalidad: que el Deportivo Quito en seis partidos no haya ganado uno, no era normal”, añade el técnico.
“No somos un equipo que se caracteriza por esperar y esperar y tratar de que pasen los 90 minutos. Las características de nuestros jugadores no indican que ese es el camino, sino otro: ir a buscar el partido”, advierte Ischia.
Sin embargo, el técnico sabe que lo defensivo será vital en este cotejo porque “no hay estrategia ante un equipo (Vélez) que está tan bien. Simplemente toca defenderse de la mejor manera, conociendo los puntos fuertes que tiene Vélez, sobre todo por afuera; su juego colectivo, su manejo de pelota, tratar de cuidar los puntas que son peligrosos, los volantes que tienen llegada”.
Ya la lluvia se hacía insoportable y los jugadores corrieron hacia el bus de dos pisos que los llevará al Hotel Intercontinental. Allí, según confirmó el gerente deportivo, Vladimir Ortiz, los jugadores se dedicarán a descansar. No se les ha concedido permiso para salir. La práctica de hoy será igualmente en el sector de La Boca, en el extremo sur de la ciudad) y a la noche, a las 19:00 de Ecuador, reconocerán la cancha del estadio José Amalfitani, en el barrio de Liniers, en el extremo oeste, a puertas cerradas.