‘La hinchada de hoy presiona mucho más que la de mi época’
El técnico Rubén Darío Insúa analiza su primer mes de trabajo en Barcelona. Asegura que se encuentra organizando internamente al conjunto canario.
Cuando asumió la dirección técnica de Barcelona dijo que su desafío es que el equipo recuperara protagonismo. ¿Cree que es suficiente aquello para ganar un título que reclama la afición?
Si logramos ser un equipo competitivo y ser protagonistas será más fácil acercarnos al título. La competitividad y el protagonismos son condiciones necesarias en todo equipo que aspira el campeonato. Pero hemos empezado por otorgar al club una buena organización interna basada en el trabajo y en la disciplina.
¿A qué se refiere cuando dice organización interna?
A brindar a los jugadores las comodidades necesarias para que puedan realizar su trabajo. Hemos recuperado las canchas de entrenamiento y la concentración, anexas al estadio Monumental. Todos esos detalles son necesarios en cualquier club para luego poder exigir a los jugadores el campeonato. Lo más importante es que el equipo ha regresado a Guayaquil.
Una de las primeras medidas que tomó al llegar al club fue establecer una cultura de orden, trabajo y disciplina. ¿En qué consiste aquello?
Estamos en el camino de ir recuperando y alimentando los hábitos que tenía el equipo cuando le iba bien. Es decir, hemos mentalizado a los jugadores para que trabajen todos los días con responsabilidad, llevar una vida sana, respetar el lugar de trabajo y, lo más importante, crear un sentido de pertenencia con el equipo. Todos los jugadores están conscientes de la responsabilidad que implica vestir la camiseta amarilla.
¿Está pendiente de lo que hacen sus jugadores en su vida privada?
No, yo no me involucro en la vida privada de ellos. Lo único que hacemos es generar una rutina de trabajo que reste al jugador la posibilidad de cometer cualquier tipo de errores.
¿En qué consiste?
Hacemos trabajos con cargas fuertes para que después el jugador piense únicamente en regresar a su casa y acostarse a dormir. Nos concentramos 48 horas antes de cada partido.
Cuando usted llegó a Barcelona dijo que el equipo debía regresar a Guayaquil. ¿Pretende estrechar la relación que se ha dilatado entre el equipo y la hinchada?
No conozco ningún equipo de fútbol que haya ganado campeonatos entrenándose fuera de la ciudad en la que juega.
¿No lo asustó dirigir un club convulsionado?
Yo no me meto en los temas dirigenciales porque no es el área que está bajo mi responsabilidad.
¿Cómo logra mantener aislados a sus jugadores de los problemas institucionales?
En todo equipo de fútbol hay responsabilidades y la nuestra es el Campeonato Nacional. Yo converso mucho con los jugadores sobre eso y ellos conocen que su responsabilidad es venir a entrenar y responder en los partidos.
La dirigencia ha hecho 16 nuevas contrataciones. Lo mismo ocurrió en el 2008 y el equipo quedó en sexto lugar. ¿Qué garantiza que Barcelona logrará ese protagonismo que usted pretende?
Esas 16 incorporaciones eran necesarias y a ellos le sumamos la base del equipo que compitió el año pasado. La plantilla está comprometida consigo mismo. Eso nos dará la pauta para lograr nuestros objetivos.
Pero hay también jugadores jóvenes que tienen poca experiencia. ¿Cómo los ha ayudado psicológicamente para que no sientan la presión de la hinchada?
Ellos saben la responsabilidad que tienen y tendrán que ir acostumbrándose a la presión de los hinchas. Yo comparto con ellos algunas experiencias de mi etapa como jugador. En mi época las exigencias eran menores, ahora los hinchas quieren que el equipo sea campeón todos los años.