‘Yo soy hincha de mi marido”, dijo sonriente Gabriela Montenegro, de 30 años, esposa de Henry León, volante del Independiente. Ella es hincha del Deportivo Quito, pero aseguró que apoyará al equipo en el que milite su esposo.
Para esta pareja, San Valentín es “todos los días”, no solo el 14 de febrero. Por eso el jugador de 29 años suele sorprender a Gabriela con rosas en cualquier época del año. “Son esos detalles los que me acercaron a ella”, explicó.
Al inicio, a León, quien ya se entrenaba en las formativas de Espoli, le costó conquistar el corazón de Gabriela, que estudiaba en el colegio Fernández Madrid. Ella recuerda cuando lo conoció en el centro comercial El Recreo, a través de un amigo, hace 10 años. Le sorprendió su estatura. “Me caía mal, era un negro muy alto, sobrado. Se creía el más guapo del sur”.
Se vieron muy poco en ese tiempo. Luego, pasaron cerca de ocho años y se volvieron a encontrar en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en donde hacían trámites. Gabriela olvidó su nombre y estuvo antes que él en la fila. Entonces, lo llamó por su apodo, ‘Mujerón’. ¿Por qué le decían así? Es un capítulo que León prefiere no mencionar. Al ver su cédula, ella recordó su nombre y empezaron a salir nuevamente.
León no es de aquellos románticos que llevan serenatas o realiza una cena, pero asegura que demuestra su amor con fidelidad y dedicación. Prefiere pasar en casa con su familia, salir a pasear e invitarlos a comer.
El volante está consciente de que el fútbol marca su camino, pero no mayormente el de su esposa. Por eso evita hablar mucho de lo que vive en la cancha. Sin embargo, Gabriela se emocionó mucho cuando lo llamaron por primera vez a la Selección, para el amistoso contra Chile, en agosto del año pasado. También cuando vio por televisión el golazo que le marcó a El Nacional, cerca del final de la temporada pasada. “Se acabó el partido y me llamó a decir que ganaron. Justo en ese momento vi las imágenes, pegué tremendo grito al ver el gol, que hasta mi hijo (Axel David, de 2 años) saltó del susto”.
Es común que las esposas de los jugadores asistan a los estadios para apoyar a sus compañeros sentimentales. Gabriela está un poco alejada de las canchas, pero sí alienta desde casa. “Soy hincha a muerte de mi esposo y de Independiente”, recalcó.
Jorge Célico, técnico argentino de 51 años de la Universidad Católica, es otro enamorado que encontró el amor en Giovanna Villacís, una quiteña de 44 años. Su matrimonio lleva nueve años.
El estratega planea una cena romántica esta noche con su esposa, con quien procreó un hijo, Diego, de 7 años. “Realmente con esta profesión no se tiene mucho tiempo, pero nos damos modos para tener nuestro momento romántico”, indicó el DT gaucho, quien también trabajó en El Nacional.
Ellos se conocieron hace 10 años en un compromiso social. “Me encantó su cortesía, educación, carisma e inteligencia”, contó el DT, quien tiene tres hijos de un matrimonio anterior. Giovanna, al igual que Célico, estaba divorciada y tiene una hija. Pero todos han sabido mantener una buena relación.
La esposa del estratega generó una buena amistad con su suegra, María Francisca. Se encuentran en Ecuador o Argentina. Así, aprendió a cocinar platos típicos de ese país, ganándose aún más el corazón de Célico. “Tengo la suerte de degustar comida de mi país y ecuatoriana”, agradeció el DT, que suele llevarle joyas y rosas. Ella, le compra hasta los interiores.