Jonathan Betancourt (27) de Liga de Quito celebra junto a sus compañeros el gol anotado al Deportivo Cuenca. Foto: Juan Ruiz/ API
Jonathan Betancourt, el número 27 de los albos, parece tener la confianza del entrenador Gustavo Munúa, algo fundamental para militar con éxito en un club como Liga de Quito.
Esto se lo pudo notar en un simple detalle que ocurrió tras un remate de Jonathan González, otro de los destacados, a los 34 minutos.
Después de esa jugada, que finalizó con el balón rodando a escasos centímetros del poste, Betancourt aplaudió a su compañero y al tiempo regresó a ver sonriente a la zona técnica donde estaba de pie el técnico charrúa.
Munúa también aplaudió la acción y se dirigió luego al exjugador de Aucas para entregar indicaciones. Betancourt dejó de sonreír, colocó quietas las manos y puso toda su atención para escuchar al DT.
Durante el partido ante Deportivo Cuenca, la noche del 10 de abril en la Casa Blanca, el esmeraldeño se cayó, perdió el balón y hasta erró en los remates pero no dejó de buscar ni de pedir la pelota. El potente atacante de LDU tuvo bastante participación en el juego ofensivo del equipo de Munúa.
Frente a la ordenada defensa azuaya el delantero de 22 años no se amilanó y hasta se animó a rematar desde fuera del área. A parte cobró un lanzamiento libre desde la derecha y hasta intentó driblar a la zaga rival aunque perdió la pelota antes de ensayar el remate.
Constantemente pidió la pelota y en un par de ocasiones hasta se quejó con algún compañero, pues no recibió el pase a tiempo.
Esa participación constante dio sus frutos a los 53′ cuando él entregó la pelota a la derecha para que John Narváez enviara un centro. Betancourt siguió la jugada, ingresó al área y fue la distracción para que la defensa no logrará rechazar la pelota que llegó a los pies del ‘Pirata’ Hernán Barcos quien anotó el gol.
El ariete fue sustituido a los 74′, cuando ya el Cuenca había anotado (1-1). En la Tribuna y el Palco hubo aplausos. El cuerpo técnico también lo felicitó mientras tomaba asiento en el banquillo de los suplentes.