La imagen de Narciso Mina con las manos en la cabeza, tras fallar un gol, se volvió a repetir en el estadio Monumental de Guayaquil.
El delantero se lamentó por fallar una opción de marcar en el juego del pasado domingo ante Nacional por el Campeonato ecuatoriano. Y, el miércoles ante el Gremio de Brasil por la Copa Sudamericana, tampoco pudo definir.
‘Nacho’ y sus compañeros de equipo también carecieron de fortuna para anotar en el arco del conjunto brasileño. El zaguero Jayro Campos, por ejemplo, estrelló un remate de cabeza en el poste. Su compañero en la zaga, Frickson Erazo, se quedó con las ganas de festejar una anotación porque un rival sacó la pelota de la línea del arco defendido por el brasileño Marcelo Grohe.
En cambio, el conjunto visitante tuvo mucha fortuna, la que le faltó al cuadro guayaquileño. En un centro, Werley anotó a los 45 minutos de cabeza y dio la victoria al conjunto visitante. Fue el único tanto del partido y el que le dio el triunfo 1-0 al Gremio, en el cotejo de ida de los octavos de final de la Sudamericana. El encuentro de revancha se disputará el 24 de octubre en Brasil.
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El partido se inició con un equipo local lleno de ganas y muy animado en ofensiva. En pocos minutos, Mina se convirtió en figura al llevar peligro al arco de Marcelo Grohe que, cada vez, lució preciso y seguro. A los 12, ‘Nacho’ corrió libre de marca desde la media cancha hasta que, al enfrentar al portero, ante el asombro de la zaga, no supo definir y dejó con el grito en la boca a 50 000 fervorosos aficionados que asistieron al escenario guayaquileño.
Los brasileños intentaron mantener el control del balón, pero la dupla de Damián Díaz y Michael Arroyo desconcertó a la defensa visitante. Era un encuentro de ida y vuelta, dinámico y entretenido para el público.
En su intento de mejorar, el DT Gustavo Costas sacó a José Luis Perlaza e ingresó al delantero argentino Juan Carlos Ferreyra. Con esto, los toreros cambiaron de línea de tres en la defensa a cuatro. En el ataque, se quedaron los dos ‘tanques’: Mina y Ferreyra.
Sin embargo, el partido siguió con el mismo trámite: un Barcelona entregado al ataque, frente a un Gremio que se defendía con uñas y dientes, confiando en que Grohe siga iluminado y los delanteros continuaran con el arco de espaldas. Sobre los 90’, José Ayoví tuvo la oportunidad de anotar. Pero fue un espejismo y Barcelona se quedó frustrado.
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