Los centros de Saritama salvaron al Deportivo Quito de una derrota

En el estadio Atahualpa. Luis Checa (20) celebra el gol del empate (2-2). Maximiliano Bevacqua (18) había marcado el primer tanto.

Deportivo Quito depende del talento individual más que del funcionamiento colectivo. Esto se evidenció ayer, cuando con dos centros precisos al área pudo derrotar de local 3-2 a Espoli.
El cuadro policial fue un rival complicado para el plantel que dirige el DT argentino Fabián Bustos. Espoli fue poco peligroso, pero se mostró ordenando, esperando en su área y saliendo rápidamente al contragolpe.Así, al Dep. Quito le costó mucho penetrar la zaga azul. Sus futbolistas nunca se encontraron para hilvanar jugadas. Tampoco se contabilizaron paredes hasta cuando se dio el gol del argentino Maximiliano Bevacqua (33’).
El tanto nació en un pase por el centro de Luis Fernando Saritama para el juvenil Marcos Nazareno, quien remató potente y rasante a las manos del golero Alexis Lemos. Este aflojó el esférico y no contó con el apoyo de sus defensas. Bevacqua apareció solo en el área y empujó el balón.
Fue el único minuto de lucidez del conjunto de la Plaza del Teatro en el primer tiempo. Este gol y la acción, incluso, despertaron a los hinchas chullas que poco ruido habían hecho en la preferencia.
La ‘AKD’, como también apodan al club capitalino, atacó hasta con cuatro jugadores: Bevacqua, Gonzalo Rovira y a Nazareno se sumó Oswaldo Minda por el costado derecho. Mientras que Saritama fue el único abastecedor en el medio campo.
Uno de los axiomas del fútbol dice: no se es más ofensivo porque se tiene más delanteros. En este contexto, Deportivo Quito mostró deficiencias colectivas. Solo la experiencia y jerarquía de los atacantes lograron desconcertar a los defensas visitantes.
Pero Espoli tuvo la virtud de no amilanarse ante la hoja de vida de los integrantes del club azulgrana, que ayer lució de blanco. En un contragolpe, Christian Penilla dejó en el camino al velocista Juan C. Paredes. Este no tuvo otra opción que tomarlo del brazo y el juez Omar Ponce decretó penal.
El mismo Penilla, quien integró la Selección Sub 20 que alcanzó la clasificación al Mundial de Colombia, tomó la responsabilidad. Se paró frente al balón y pateó con serenidad al costado izquierdo, dejando al veterano golero Marcelo Elizaga de pie. Penilla parecía que había ejecutado penales por muchos años, por la frialdad de la acción (39’).Mientras esto ocurrió en la cancha, en las gradas el bombo de la barra Mafia Azulgrana se silenció. Los hinchas miraron atónitos lo que había ocurrido, porque fue el primer ataque policial.
Ese golpe anímico también lo sintieron los jugadores del Quito. Tres minutos después, en otra rápida salida, se originó el segundo gol de Espoli. Carlos Quillupangui metió un centro al área en busca del uruguayo-italiano Javier Guarino, pero el zaguero Mariano Mina, en su afán por despejar, incrustó el balón en su arco.
Nadie de sus compañeros lo reprochó. Mina solo posó sus manos sobre la cintura y miró hacia el cielo. Saritama mejor se apresuró a sacar rápido desde el medio, pero el final de la etapa llegó.
La diferencia entre el plantel del Quito y Espoli se notó en el segundo tiempo, cuando Saritama, en el minuto 47, levantó un tiro libre. El central Luis Checa se elevó y marcó de cabeza el empate. En una jugada similar, en el 76, Saritama elevó otro centro y Minda, con el muslo, puso el 3-2 final.
Dep. Quito superó a Espoli por sus individualidades. En cinco fechas los chullas están invictos y siguen de líderes, pero dejan dudas sobre su rendimiento colectivo. El cuadro policial intentó reaccionar, pero careció de delanteros.