No es que se critique su fascinación por conocer el mundo. Lo que indigna a los peruanos es que los permanentes vuelos de Manuel Burga a Zúrich o Asunción –sus destinos favoritos– coinciden misteriosamente con picos de crisis en el fútbol de ese país.
Murga, presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) viajó a Suiza en medio del agudo quiebre que afronta ese país por la huelga de los jugadores.
Antes también dejó Lima, como en la huelga del 2003 y el 6-0 de Uruguay en las eliminatorias.
Y aunque él dice que son puras casualidades, ese es un cuento imposible de creer en el 2012.
El domingo se fue a Zúrich, horas después del anuncio de tres clubes-modelo de irse del fútbol. Dejó todo el negocio futbolístico sumergido en el hoyo más profundo de su historia.
El problema estalló el sábado, cuando el sindicato, tras largas advertencias, entró en huelga por la negativa de tres clubes, Alianza Lima, Cienciano y Sport Boys, de aceptar un cronograma para pagar los salarios atrasados en hasta 12 cuotas mensuales.
La huelga implicó que el torneo arrancara con juveniles y que los clubes se molestaran porque sus jugadores se adhirieron en solidaridad, al punto que uno, San Martín, optó por retirarse.
Durante años el torneo peruano se ha visto afectado por retrasos salariales, que llegan a ser de hasta seis meses por temporada.
Ayer, el presidente de la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional del Perú, Luis de Souza Ferreira, rechazó un acuerdo logrado por Agustín Calle, vicepresidente de la FPF y el sindicato de futbolistas, con lo que sigue en el pantano un torneo afectado por la huelga de futbolistas.
Hubo una vez en que Burga no pudo salir del país. No lo dejaron. Al magistrado César Augusto Vásquez Arana le importaron muy poco sus pendientes en Zúrich.
Desde su oficina del Juzgado Penal 16 de Lima, firmó un documento en el que Burga quedaba impedido de salir del país, acusado por peculado y asociación ilícita para delinquir.
La medida duró muy poco. Los dos años que siguieron, Burga tiene un promedio de un viaje a Zúrich por mes. Alguna vez le dijo a El Comercio de Lima, que “no era que quería pasar piola” e irse a Suiza siempre.
Su participación en el Proyecto Goal así lo exigía. Hasta el 2007, una investigación de este diario limeño arrojaba unas cifras más propias de un turista millonario que de un dirigente de fútbol pobre: 50 viajes, 250 días fuera del país desde que asumió el cargo en el 2003, todo cubierto por cortesía de la FIFA.
Incertidumbre
César Acuña, presidente del club César Vallejo, declaró: “Se van todos los jugadores”. Los directivos del equipo de Trujillo buscarán contratar a los ex de la San Martín.
Los jugadores no salen del asombro. “Me duele porque estoy dejando mi segunda casa. San Martín me dio todo”, dijo Ronald Quinteros en su web.