Entrevista del día a José Carpio / Ex árbitro profesional y actual instructor en Azuay
La paralización de actividades de los réferis ecuatorianos dejó una clara lección: sin árbitros no hay fútbol profesional en el Ecuador?
Así es, sin árbitros no se mueve el balón en el fútbol ecuatoriano. Es una forma de llamar la atención a todos los estamentos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Al arbitraje no se debe descuidar, hay que tomarle en serio, necesita evolucionar, crecer. Es un ente que requiere la atención de la FEF. Si bien lo ha hecho, amerita seguir aportando recursos económicos para buscar mecanismos que superen el arbitraje. Alfredo Intriago, como presidente del gremio arbitral, sintió la necesidad de tomar esa medida.
Era necesaria una huelga para ser escuchados.
Sí. Se demostró que el arbitraje es parte del engranaje del fútbol ecuatoriano y no se le puede dejar fuera de las decisiones dirigenciales. Mal o bien, pero dieron sus frutos. El presidente de la FEF, Luis Chiriboga, anunció que en los próximos días se harán efectivos los pedidos de los árbitros. Lo que exigen los árbitros no están al margen de lo que sugiere la FIFA para un mejor arbitraje.
Los paros de los réferis se registraron el 2003, 2005, 2008 y la semana pasada. ¿Es una debilidad del gremio arbitral o de la Ecuafútbol?
De la Ecuafútbol no creo. Es una forma de hacerse escuchar porque algo pasó y los pedidos quedaron archivados. Faltó diálogo o tomar las cosas más en serio. Es una pena, pero sin una medida de hecho no hubiese pasado nada positivo a favor de los árbitros.
La huelga de árbitros también dejó al descubierto que el gremio no está férreamente unido. Miguel Hidalgo no estuvo de acuerdo.
Durante mi permanencia en el arbitraje siempre hubo unidad, se tomaron decisiones con razonamientos serios y lo del último caso no fue la excepción. Quedó demostrado, no se pitó ningún partido de las series A y B, tampoco de las formativas. En cualquier organización puede que hayan divergencias, pero son mínimas.
El gremio rechazó una circular de la Comisión Académica de la FEF. ¿Se tomó como una amenaza?
Fue uno de los puntos que molestó a los árbitros porque de por sí la actividad es delicada y se tiene que tomar con pinzas. Era una amenaza a los inspectores que si no hacían bien los trabajos iban a ser borrados del escalafón. Faltó mesura y diálogo.
Uno de los puntos críticos es la falta de profesionalización de los árbitros.
Eso busca la Federación Ecuatoriana de Fútbol. En algún momento es posible que llegue, pero por el momento no. Se necesitaría de presupuesto económico elevado para cubrir las demandas de los árbitros para que se dedique el mayor tiempo al referato. Falta la formación de árbitros, porque la mayoría ha salido de una preparación individual, con alguna ayuda. Eso no debe ser así, el fútbol moderno y la FIFA exigen árbitros capacitados.
La profesionalización implica tiempo completo.
Eso es así. En Europa ya hay la profesionalización de los réferis. En Sudamérica, Brasil y Argentina están en ese proceso o al menos son bien remunerados. De seguro que así se mejoría el arbitraje en el Ecuador.
En la actualidad, el réferi aparte de su salario es asegurado y tiene otros beneficios.
Hace un par de años se llegó a consensuar con la Ecuafútbol que se tenía que brindar por lo menos un seguro médico a los árbitros porque están propensos a lesiones. También se incrementó los honorarios y los gastos de movilización, sin llegar a ser lo óptimo se cumplió las expectativas.
Los árbitros también están obligados a mejorar.
Indudablemente. La Comisión de Árbitros revolucionó el ambiente, muchos no lo vieron de buena manera y otros sí. Fueron excluidos algunos jueces que a criterio de la Comisión no tenían futuro, pensando en trabajar con las bases para en unos seis años nutrir con gente joven. La Ecuafútbol tiene que apuntalar ese proceso, dando los recursos necesarios. Por ejemplo, que en cada asociación provincial se cuente con un propio instructor, preparador físico, psicólogos, que son necesarios en esta profesión.
Hay un pedido para que retornen Bommer Fierro y Roger Zambrano a la Comisión de Arbitraje. ¿Cuánto puede aportar su presencia?
Tienen experiencia porque desde hace unos cinco años trabajan con el proceso que maneja la FIFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol. Ellos son instructores FIFA y son los ojos de la FIFA de lo que pasa en Ecuador.
¿Qué sugiere para mejorar el arbitraje nacional?
Estuve 20 años en arbitraje y aprendí que dialogando se llega a buen puerto. A mis ex compañeros le puedo decir que el arbitraje moderno requiere de mayor preparación, mayor conciencia y compromiso. Los equipos invierten millones de dólares y los réferis deben estar a la altura de las circunstancias, de errar menos y de pasar desapercibidos.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Nació en Cuenca el 19 de octubre de 1966. Durante 11 años fue árbitro con carné FIFA. Tiene 35 encuentros internacionales.
Su punto de vista. Los equipos invierten millones de dólares y los árbitros deben estar a la altura de las circunstancias, de pasar desapercibido en el juego