Así fue la llegada de la Selección de Ecuador al estadio Rodrigo Paz Delgado para el juego ante Uruguay. Julio Estrella/EL COMERCIO
Con la camiseta de la Selección, mascarillas y una sombrilla para protegerse del sol, Cecilia Guevara y sus hijos Marco y Roberto Proaño acudieron a los exteriores del estadio Rodrigo Paz Delgado. Tenían la esperanza de ver, al menos desde lejos, a los jugadores de la Tricolor.
Querían saludar a Énner Valencia y que él los viera y les levantara el pulgar, pero no lo consiguieron. “Es extraño y hay un sentimiento de impotencia no poder acompañar a la Selección”, aseguró Marco, quien afirmó que desde que era niño siempre estuvo en los partidos de la Selección, por las eliminatorias.
Esta vez, la pandemia le robó esa ilusión de acompañar a su Tri querida desde las gradas. En la previa del cotejo ante Uruguay, no hubo la fiesta de otras ocasiones. La presencia de aficionados fue escasa. Algunos se acercaron al estadio más por curiosidad que por alentar a la Tricolor.
Quienes sí estuvieron desde la mañana en los exteriores del Rodrigo Paz Delgado fueron los vendedores ambulantes. Las camisetas de la Tri y souvenirs estuvieron a la orden, pero faltaron compradores.
En una esquina de la calle Jhon F. Kennedy se montó un puesto de banderas y camisetas. Pero las ventas no fueron como se esperaban. “Estamos desde temprano, pero por gusto. No se ha vendido mucho”, dijo una de las vendedoras que prefirió no revelar su nombre.
Hasta el operativo de seguridad fue distinto. A diferencia de otros cotejos en la capital, el bloqueo de calles no fue de 100 metros a la redonda. Solo se cerraron las calles que rodean al estadio. Tampoco hubo la cantidad de policías habitual. Los que estuvieron controlaron el ingreso de vehículos y desalojaron el área antes del cotejo.
“Tenemos disposiciones de parte de la Conmebol. Son operativos distintos a los que se manejaba antes en partidos de la Selección”, dijo Marco Beltrán, jefe de operaciones de la empresa Popeye MABEC, encargada de la seguridad privada. Los únicos que tuvieron acceso al estadio fueron los trabajadores del estadio y debían estar acreditados. Antes de ingresar, fueron sometidos a un proceso de desinfección.
Las dos selecciones también cumplieron con los protocolos establecidos por la Conmebol Uruguay llegó al escenario en tres buses. Por su parte, la Tri lo hizo en uno de dos pisos. Todo esto con el fin de mantener el distanciamiento social, tal como indican los reglamentos en época de pandemia.