Pablo Repetto, entrenador uruguayo de Liga de Quito, habla en los exteriores de su domicilio en Cumbayá. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Un adorno navideño, con un muñeco de nieve en el centro, cuelga de la puerta principal de madera de la casa de Pablo Repetto, en el valle de Cumbayá. El entrenador, campeón con Liga de Quito el domingo, entreabre la puerta y hace un gesto con la mano izquierda: pide que se lo espere, mientras termina una llamada.
Repetto concedía una entrevista radial, mientras entraba y salía de su domicilio. Luego, ofrece disculpas a su interlocutor. “Tengo que dejarlos porque me esperan más compromisos y este lunes 17 de diciembre en la noche viajo. Que tengan unas felices fiestas”, se despide el DT.
El DT se olvida durante 31 minutos del celular, que no deja de brillar, como si tuviese vida propia. Cuenta que no se tomó ni un solo vino en la celebración de Liga realizada en un restaurante del centro. “Hay tiempo para celebrar, pero también para ir a visitar a los seres queridos (en la noche del lunes viajaba a Uruguay). Ha sido un año intenso”.
Repetto empieza su relato con una sabrosa anécdota de la final: a los 25 minutos del juego ante Emelec Franklin Guerra se lesionó. El único zaguero disponible en la banca era el lateral Édison Realpe, a quien ordenó calentar para ingresar. En medio de la tensión, Realpe sorprendió con un pedido: “Profe, y si mejor lo pone al ‘Choclo’ (José Quintero) de central y me manda de lateral?”. Realpe cumplió con decoro como improvisado central e incluso terminó el partido vendado y sangrando, tras un golpe de Brayan Angulo.
“En este equipo, cada jugador se siente importante y aporta desde su lugar. No lo digo yo, hay estudios al respecto, que cuando una persona se siente importante para el grupo, rinde más. Eso pasó con Realpe y con muchos otros a lo largo del año”.
Liga consiguió la corona 11 con un equipo unido y con varias cabezas visibles que aportaron liderazgo y contagiaron entrega. Las voces cantantes del camerino son Hernán Pellerano, Adrián Gabbarini, Juan Luis Anangonó… Pero también el ‘Choclo’ Quintero, quien, minutos antes de la final, dio un discurso que erizó la piel de todos.
Al recordarlo, a Repetto se le activa el aparato lagrimal. “Era el momento de la oración, de la plegaria que hacemos siempre antes de los partidos. Nadie decía nada. De pronto, empezó a hablar el ‘Choclo’. Nos dijo que este grupo iba a entrar a la historia de Liga, que nuestros hijos se iban a sentir orgullosos de nosotros. Yo me conmoví, todos nos conmovimos. Después de eso, era imposible fallar”, dice emocionado el DT.
Este año, la dirigencia alba diseñó un equipo a la medida de su director técnico. Repatrió a Fernando Guerrero, fichó a Christian Cruz, Realpe, Pellerano, Gabbarini. El DT sostiene que soportó todas las críticas y los reparos a sus fichajes, pero le dolió cuando -desde los medios y desde las trincheras de los aficionados- se empezó a cuestionar duramente a los hermanos Anderson y Jhojan Julio. “A veces, las críticas fueron desmedidas. Ellos son dos jóvenes patrimonios del equipo. Hay que apoyarlos, impulsarlos”.
Liga comenzará el 7 de enero sus trabajos de pretemporada para una campaña en la que intentará defender su corona y jugar la Copa Libertadores. De acuerdo con Rodrigo Paz, dirigente albo, la intención es que Liga sea protagonista del torneo continental. Repetto dice que hay que ir paso a paso. Recuerda su experiencia con Independiente del Valle y un diálogo que tuvo en su última visita a Uruguay con Enzo Francescoli, gloria del River Plate argentino y actual dirigente del campeón de la Copa. “Francescoli me dijo que no le gustaría que le vuelva a tocar Independiente en la Copa”.
“Nadie nos quita el derecho de soñar. Vamos a luchar por ello. Pero es necesario tener prudencia. Hay que ir paso a paso, quemando fases”.
El entrenador se siente ahora más querido, más protegido por la gente. “El hincha siempre reconoció nuestro trabajo, pero ahora sentimos que están más cerca de nosotros. Eso es realmente importante”.
¿Cuántos refuerzos necesitará para el próximo año? El entrenador no da un número y dice que los fichajes dependerán de las bajas que se produzcan en el equipo. Se intenta retener a los Jefferson (Orejuela e Intriago). Al primero se le acaba el contrato y el segundo está a punto de irse al Tigres de México. No habla de nombres propios en refuerzos, pero dice que los jugadores que llegarán tienen su aprobación.
Repetto se despide y mira de reojo a su celular. Tiene 35 mensajes de Whatsapp. Aún le esperaban dos entrevistas más. Luego debía terminar de cerrar sus cinco maletas.