El fútbol femenino adolece de recursos y estructura

Liga Deportiva Universitaria Amateur se entrena en una cancha del sur para el cuadrangular que se iniciará el miércoles. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.

Liga Deportiva Universitaria Amateur se entrena en una cancha del sur para el cuadrangular que se iniciará el miércoles. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.

Liga Deportiva Universitaria Amateur se entrena en una cancha del sur para el cuadrangular que se iniciará el miércoles. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.

Belén Aragón juega fútbol desde los 7 años. Ella nació en Otavalo, pero vive y estudia en Quito. A sus 22 años practica fútbol y se entrena en la Liga Deportiva Universitaria ­Amateur. Es la capitana del equipo y juega de volante.

En la cancha apoya a su entrenadora, Jenny Herrera, en las prácticas que se realizan en el estadio de césped del barrio El Carmen, en el sur de la capital. Allí, de lunes a viernes, practican 65 mujeres aficionadas al fútbol. Hay talentos de 14, 16, 17 y de más de 20 años.

En el entrenamiento participan deportistas del equipo de Primera Categoría. “No recibimos un salario, pero nos apasiona el fútbol. Jugamos por el amor a la camiseta. Aquí nos entrenamos para competir, pero sí quisiéramos un campeonato organizado”, dice Aragón, estudiante de Fisioterapia.

Las futbolistas de LDU Amateur y la entrenadora se alistan para la segunda etapa del ­torneo apertura femenino, a la cual se clasificaron tras la ­primera fase en la que par­ticiparon 12 clubes y que se ­jugó en tres días.

Así, la modalidad de la quinta edición del campeonato femenino, en su primera etapa, abrió un frente polémico y dejó en evidencia la falta de una organización estructural.

Herrera, DT de la ‘U’, admite que el fútbol femenino es amateur en todas las instancias. “Desde el 2013 y hasta el 2105, nos ayudó el Ministerio del Deporte. Los gastos de alojamiento, transporte, alimentación, entre otros, fueron compartidos entre los organizadores y los clubes”.

Desde el año pasado, el Ministerio dejó de financiar y la organización -por la crisis económica- pasó a ser exclusivamente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), a través de la Comisión Nacional de Fútbol Aficionado (Confa).

Sin embargo, hay reparos a la forma en la que funciona la organización. Wladimir López, DT de la Universidad San Francisco, cree que la falta de un comité técnico dentro de la estructura generó errores, como la última organización de un campeonato al apuro.

López advierte que los clubes sí se opusieron a jugar el torneo de este año de esa forma. Argumenta que el crecimiento del fútbol femenino ha sido gracias a las chicas. “Hay un concepto equivocado sobre el amateurismo. La diferencia está cuando ya entran los temas monetarios. El profesionalismo debería partir de la gente que organiza los campeonatos”, agrega López.

Uno de los más cuestionados ha sido Amílcar Mantilla, integrante del Confa. Él asumió la responsabilidad por haber programado tres partidos a día seguido y por el sistema de organizar un torneo apertura y clausura. Este último se programó para el 2018. Mantilla argumenta que los clubes aceptaron participar bajo las citadas condiciones.

Otro de los reclamos al Confa es la demora en la gestión de proyectos para financiar los campeonatos. “Hubo dinero congelado por los problemas del FIFAgate. Hemos gestionado y con eso tratamos de jugar los torneos”, dice Mantilla.

Según el directivo, el dinero de la FIFA y de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) se asigna para el fútbol base, el fútbol femenino, el fútbol playa y fútbol sala.

Este año se organizó el torneo con ese dinero. Los aportes de la FIFA, la Conmebol y la Federación Ecuatoriana de Fútbol significaron USD 157 000, según el presupuesto presentado en la FEF. La organización ayuda con movilización, transporte y hospedaje. Los clubes financian la hidratación.

La segunda fase del torneo se jugará con ocho equipos y durará menos de una semana: el miércoles 13, el viernes 15 y el domingo 17 de diciembre.

Suplementos digitales