La temporada 2012 de la Fórmula 1, que se iniciará mañana domingo (01:00 de Ecuador) estará marcada por dos hitos: será la más larga de la historia, con 20 carreras, y será la primera con seis campeones en la parrilla.
La crisis no parece afectar al negocio de Bernie Ecclestone, dueño de los derechos comerciales y que tendrá su calendario soñado de 20 Grandes Premios, desde el 18 de marzo en Australia hasta el 25 de noviembre en Brasil.
Ocho meses de Fórmula 1 por cuatro continentes -solamente falta África- y por primera vez desde el 2007 con prueba en Estados Unidos, aunque este casi será un Gran Premio mexicano, dado que se espera que muchos aficionados de ese país crucen hasta la vecina Austin atraídos por el piloto Sergio Pérez.
Se trata de un calendario exigente para los bolsillos de las escuderías en tiempos de crisis, gracias también a la recuperación de Bahréin, cuya carrera fue cancelada en el 2011 por la situación social y política del país.
América del Norte y del Sur son los nuevos mercados emergentes, mientras Asia se confirma y Europa va cayendo: el ‘Viejo Continente’ solo recibirá ocho de las 20 carreras del año, dos de ellas en España, país que para el 2013 ya perderá una de aquellas.
La incógnita estará en saber si puede haber más emoción que en el año anterior, en que el dominio del alemán Sebastian Vettel y su Red Bull fue abrumador: 11 victorias en 19 carreras, 392 de 475 puntos posibles más la nueva plusmarca de 15 ‘pole positions’.
Vettel es uno de los seis campeones y el gran favorito para un ‘hat trick’ de títulos consecutivos que solo lograron antes el argentino Juan Manuel Fangio y el alemán Michael Schumacher.
Los otros campeones son, además de Vettel y ‘Schumi’, Jenson Button, Lewis Hamilton, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen
Para agregar más igualdad, se han prohibido los difusores soplados, base sobre la que gravitaba el buen rendimiento aerodinámico de los Red Bull, escudería que ganó el Mundial de constructores.
La otra novedad en los autos, la de la rebaja del morro de los monoplazas por cuestiones de seguridad, tiene en principio más de valor estético que de rendimiento.