El entrenador River Plate, Marcelo Gallardo y el de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, alistan la final. Fotos: AFP y EFE
El entrenador de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, y el de River Plate, Marcelo Gallardo, como futbolistas y técnicos conviven en el corazón de ambas hinchadas por los títulos obtenidos y esa eterna identificación con los colores que defendieron en el campo.
Mañana, 9 de diciembre, se volverán a enfrentar, en la definición de la Copa Libertadores de América, que se jugará en el estadio Santiago Bernabéu de España.
Barros Schellotto y Gallardo fueron ídolos de sus equipos como jugadores y se enfrentaron en la cancha en varias ocasiones. Pero también compartieron un título con una selección juvenil y ahora intentarán ganar una final que será histórica.
Las carreras de ambos, tanto como futbolistas como entrenadores, siempre tuvieron similitudes y puntos de encuentro.
Barros Schelotto nació en 1973, debutó en Gimnasia y Esgrima La Plata y fue ídolo con el Xeneize, club en el que jugó de 1997 a 2007. Luego pasó al Columbus Crew estadounidense y regresó al Lobo.
Gallardo nació en 1976, debutó en River Plate y jugó en Mónaco, París Saint-Germain, el D.C. United estadounidense y el Nacional uruguayo.
Guillermo tiene en su currículum como jugador de Boca 16 copas (seis locales y 10 internacionales). Las que más destacan son cuatro Libertadores (2000, 2001, 2003 y 2007) y dos Intercontinentales (2000 y 2003).
Al mando de Boca como entrenador desde marzo de 2016, el Mellizo tiene como haberes los últimos dos campeonatos argentinos (2016-2017 y 2017-2018) y ser semifinalista de la Copa Libertadores en el año que asumió.
El Muñeco como jugador ganó seis campeonatos argentinos, una Copa Libertadores (1996) y una Supercopa Sudamericana (1997). Como DT tomó las riendas del club de sus amores en junio de 2014 tras la ida de Ramón Díaz, el técnico más ganador de la historia riverplatense.
Gallardo propició una revolución futbolística que dio sus primeros frutos cuando ganó la Copa Sudamericana ese mismo año, el primer título internacional de River tras 17 años de sequía.
Desde entonces ha sido una seguidilla de éxitos: conquistó la Recopa Sudamericana en 2015 y en 2016, la Copa Libertadores en 2015, la Copa Argentina en 2016 y 2017 y la Supercopa Argentina de 2017.
Guillermo y Marcelo formaron en la selección Sub 23 que ganó invicta los Juegos Panamericanos de 1995 en la ciudad bonaerense de Mar del Plata.
En ese torneo, Gallardo era titular y Barros Schelotto ingresaba desde el banquillo, como lo hizo, por ejemplo, en la final, en la que ambos convirtieron en tanda de penales para garantizar la medalla de oro de la Albiceleste por 5-4 sobre la selección de México tras un empate sin goles en tiempo reglamentario.
Como jugadores se enfrentaron ocho veces. Cuatro veces ganó el ídolo del Xeneize, dos Gallardo. Dos veces hubo empates.
Además, Barros Schelotto anotó un gol. Gallardo fue expulsado una vez y erró un penal en otra oportunidad.
Se cruzaron en Estados Unidos, el 17 de abril de 2008, cuando el Columbus Crew de Barros Schelotto se impuso por 2-1 al D.C. United.
La primera vez que estuvieron cara a cara como entrenadores fue el 28 de septiembre de 2014. Gallardo ya dirigía a River Plate y ‘el Mellizo’ todavía estaba en el banquillo de Lanús. Igualaron 1-1.
Como técnicos se enfrentaron 13 veces, con cinco triunfos para Gallardo, tres para Barros Schelotto y cinco empates, el último, en la primera final de la Copa Libertadores, que se jugó en la Bombonera.
El 14 de marzo pasado River Plate se impuso en La Bombonera por 0-2 y se consagró campeón de la Supercopa Argentina.
De la final de mañana, en el Santiago Bernabéu, de Madrid, los dos expusieron sus criterios. Gallardo se declaró “indignado” por la situación y expresó que los últimos 10 días “han sido de los más difíciles de mi carrera, esto ha dañado nuestro espíritu pero nos hace más fuertes”.
Guillermo dijo: “El escenario es excelente, con toda la historia. Pero es una final de Sudamérica y se debió jugar en Sudamérica”. Añadió: “Necesitamos demostrar que hemos madurado. Es momento de cambiar. Que no se pueda jugar allá un Boca-River es lamentable y obliga a que se tomen medidas”.