El técnico de Emelec, el uruguayo Alfredo Arias, no ocultó su tristeza luego del empate a dos goles con Deportivo Cuenca, registrado este miércoles 23 de noviembre del 2016 en el estadio Alejandro Serrano Aguilar.
Antes de dirigirse al camerino, increpó a sus dirigidos e intentó desahogarse con movimientos de brazos y piernas, incluso trató de golpear el túnel inflable. Salió iracundo del campo de juego, a la carrera y solo.
En la conferencia de prensa confesó que deseaba no asistir, pero que lo hizo por respeto al trabajo de los comunicadores. Su angustia por la pérdida de dos puntos vitales en su afán de ganar la segunda etapa, no le permitió hilvanar bien sus ideas. La primera pregunta respondió a medias, puesto que estaba con una amargura interna.
“No tengo palabras, no creo estar con la claridad ni con el sentimiento para hablar. Se nos escapó el triunfo y no tengo que decirles nada. Por lo menos hoy yo soy el incapaz, no siento que se puede decir nada de los jugadores”, respondió de manera pausada.
A su criterio, sus jugadores se equivocaron al no especular un poco más con la pelota y ese error les costó caro. Lamentó que no se hayan aprovechado las ocasiones de anotar; sin embargo, aclaró que no tiene nada que reprochar a sus dirigidos.
El estratega uruguayo felicitó al Deportivo Cuenca por “la dignidad e hidalguía con que jugaron el partido”. Hasta el último minuto fueron a buscar el empate y lo consiguieron, agregó. Sobre su actitud de reproche en la cancha, sentenció que, “mis gestos no podían ser de alegría tras el empate”.
Con el empate de Emelec en Cuenca, Barcelona está más cerca de ganar el título sin jugar las finales, tras vencer 1-0 de local ante Independiente del Valle. En el clásico del Astillero, previsto para este domingo 27 de noviembre, podría dejar como campeón al conjunto canario.