El preparador físico César Benalcázar (atrás con gorra) dirigió la práctica en el complejo El Sauce, en Tumbaco. Foto: Vicente Costales / El Comercio
César Benalcázar, el preparador físico de El Nacional, estuvo sentado a un costado de la cancha. En la parte final del entrenamiento de ayer, en el complejo El Sauce, en Tumbaco, se puso de pie para ordenar los ejercicios de estiramiento de los futbolistas del rojo.
Con un sombrero, guantes y un cronómetro dio las últimas instrucciones de la práctica. Después se fue al gimnasio. El ‘capi’, como le conocen en el plantel de los puros criollos, vive horas de incertidumbre. Recibió una oferta para ir a trabajar en el Olimpia de Paraguay.
Su amigo, el DT Éver Hugo Almeida, le pidió que se una al cuerpo técnico lo más pronto. Sin embargo, su salida del club militar no es sencilla. El contrato entre Benalcázar y El Nacional tiene una cláusula de rescisión. Si quiere salir tendrá que pagar.
“Espero que los directivos me ayuden en ese aspecto. Conversé con mi general (Tito Manjarrez) y espero una respuesta. Estoy hablando permanentemente. En el caso de no darse tengo que continuar con la misma alegría en mi club”, dijo Benalcázar.
Él ya conversó con el DT Eduardo Favaro. El uruguayo no le puso ningún impedimento. El que está en desacuerdo de su salida es el presidente Manjarrez. El tema hasta ayer no estaba resuelto y Benalcázar elaboró la planificación de los entrenamientos para el juego ante el Deportivo Cuenca, el domingo, en el Atahualpa.
El momento anímico en los puros criollos es bueno. Los últimos resultados han motivado a los futbolistas y al cuerpo técnico de Favaro. En los últimos seis partidos solo perdieron uno (ante Emelec). Eso le ha permitido subir posiciones en la tabla del campeonato y reflotar los objetivos planteados al inicio de año: clasificar a un torneo internacional.
Favaro admitió que la parte anímica del grupo ha mejorado. El rojo se distanció de los últimos lugares de la tabla y está alejándose de la zona de descenso con el mismo plantel que tuvo en el primer semestre. El club no contrató refuerzos para la segunda etapa.
Una de las fortalezas en los últimos partidos ha sido el juego colectivo del equipo. En eso trabajó ayer Favaro. Estuvo dedicado a mejorar la definición con los delanteros. Trabajó en sociedades. Los unió, por ejemplo, a Bryan de Jesús con Adolfo Muñoz, Jonathan Borja con Miguel Parrales, y más.
Fue exigente en el manejo de la pelota y en la entrega de pases. Esa fórmula le ha servido para los últimos triunfos. “La primera etapa fue floja. Hemos mejorado en muchos aspectos. Clasificar a Sudamericana y por qué no a Libertadores, es una aspiración realista”, dijo Roberto Garcés.
Para enfrentar a los morlacos hay dudas. Alejandro Villalva hizo un trabajo diferenciado. Trotó alrededor de la cancha. Igual lo hicieron Pedro Larrea y Cristian Cordero. Estos dos últimos cumplen su etapa de recuperación de las lesiones y Favaro espera por su recuperación completa.
La directiva confía que los hinchas regresen al estadio con las buenas actuaciones. Mientras tanto, Manjarrez aún no ha confirmado su participación en las elecciones del club programadas para octubre. “Aún estoy analizando muchos aspectos. Escucho algunas candidaturas, pero en el Directorio nuestro estamos preocupados en volver a terminar bien este año”.
Una de las modificaciones en el reglamento de elecciones es que la nueva directiva estará cuatro años al frente del club.