Nicko Rivadeneira, escalador ecuatoriano que competirá en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Foto: Carlos A. Rojas / EL COMERCIO
El escalador quiteño Nickolaie Rivadeneira se entrena con tanta determinación que su calentamiento dura al menos una hora. Luego, con sus músculos preparados para el máximo esfuerzo, sus entrenamientos se extienden por dos, tres y cuatro horas más en una sola jornada. Esa disciplina fue determinante para clasificarse a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 que se realizarán del 6 al 18 de octubre.
Tanta es su motivación que Nicko, de 17 años, dejó por el momento los estudios de bachillerato para dedicarse por completo a las prácticas. “Es uno de los mayores logros de mi vida, porque desde pequeño soñé con ir a las olimpiadas”, asegura antes de empezar con su entrenamiento en el Campo 4, una sala privada de escalada al norte de Quito. El adolescente también practica en otros gimnasios privados y en el muro de Concentración Deportiva de Pichincha en La Vicentina.
“Tiene una excelente fuerza en los brazos, se recupera rápido, es disciplinado y está bien entrenado. Realmente está listo para las olimpiadas”, explica a su vez el médico Juan Naranjo, quien realiza controles periódicos de su condición física.
En Buenos Aires, en la prueba masculina de escalada deportiva, estarán 20 deportistas. Rivadeneira y el imbabureño Galo Hernández son los únicos competidores del continente. Ambos buscarán sorprender a los japoneses y europeos, quienes parten como favoritos en un inicio.
La escalada deportiva es uno de los cuatro deportes incluidos en el los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Los competidores se probarán en pruebas de velocidad, dificultad y bloque. Al final, el tiempo combinado de los tres eventos determinará la entrega de medallas.
Nicko llega con excelentes sensaciones para este reto porque se ubicó cuarto en el Campeonato Mundial Juvenil de Escalada 2018 en Moscú, Rusia. Su especialidad es la prueba de velocidad. “Mi inspiración para estos Juegos Olímpicos es dar todo de mí y lograr ganar una medalla”, dice el joven deportista que también toca la guitarra y es aficionado a la música, sobre todo al heavy metal. “Me tomé este semestre para enfocarme en la competencia, después retomaré los estudios”, añade el seguidor del grupo Iron Maiden.
Sus hermanos menores, Paolo (14 años) y Andreas (11) también son atletas destacados en sus categorías. Los tres practican este deporte desde hace siete años. “Ser mamá de tres escaladores es lindo y un orgullo súper grande, ya que la escalda les ha enseñado a ser disciplinados. Es un deporte completo; juega el cuerpo, la mente, la disciplina”, asegura Lorena Torres.
“Cuando compito siento mucha emoción. Siento que todo el esfuerzo que realizo se reflejará en la competencia”, concluye el deportista.
Los hermanos Nicko (der.), Paolo y Andreas (izq.) en una práctica en Campo 4, en Quito. Foto: Carlos A. Rojas / EL COMERCIO