Fotografía de archivo de Diego Armando Maradona con la Copa del Mundo tras derrotar a Alemania por 3-2 en la final el 29 de junio de 1986 disputada en el estadio Azteca en Ciudad de México (México). EFE
Argentina solo había ganado el Mundial de 1978, organizado en su país. Llegaba al Mundial de 1986 dirigida por Carlos Bilardo y con Diego Maradona, con 26 años y con una necesidad urgente de trascender, de marcar diferencias.
El doctor Bilardo concentró por largo tiempo al equipo, formado además por Nery Pumpido, José Cucciufo, José Brown, Óscar Ruggieri, Julio Olarticochea, era un equipo de buenos jugadores, pero una sola estrella: Maradona.
Nunca nadie fue tan decisivo en un torneo, como Maradona, autor del mejor gol de los Mundiales, cuando gambeteó a medio equipo inglés antes de definir con precisión. En aquel partido, también anotó su famoso gol de la ‘Mano de Dios’: saltó junto al golero Peter Shilton y tocó el balón con la mano para definir: fue la trampa más famosa de la historia del fútbol. Marcó cinco goles en aquella copa: los dos ante los ingleses, otro ante Italia y dos más ante Bélgica en las semifinales.
Argentina nunca más volvió a ganar una copa del mundo. En 1990, en Italia, llegó hasta las finales del torneo, pero cayó con Alemania. Allí, Maradona terminó la Copa con el tobillo izquierdo completamente inflamado. Su legado es interminable.