Imagen de archivo de Álex Quiñónez en el estadio atlético Jefferson Pérez. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO
El velocista Álex Quiñónez ha tenido un año irregular. El hombre más veloz del país no se ha entrenado con la dedicación que exige el alto rendimiento, por lo que las autoridades deportivas le han llamado la atención de manera escrita.
Incluso, las enfermedades le han impedido participar en eventos internacionales que estaban dentro de su planificación. El esmeraldeño viajó a Brasil, a inicios de agosto, pero no participó en el Iberoamericano de Sao Paulo porque se enfermó de gripe y hasta tuvo fiebre.
Por esos malestares tampoco estuvo en el Festival Deportivo Panamericano que concluyó en México, el fin de semana pasado, en las pruebas de atletismo.
Los mejores de ese evento lograron el cupo para los Juegos Panamericanos Toronto 2015, la cita más importante del deporte después de los Juegos Olímpicos.
En ese Festival, la velocista Ángela Tenorio sí alcanzó dos medallas doradas, en 100 y 200 metros, y además el cupo para Toronto 2015.
La condición médica de Quiñónez, el atleta que sorprendió al mundo al llegar a la final olímpica de los 200 metros en Londres 2012, será evaluada por el médico Milton León, galeno contratado hace tres meses por la Federación Ecuatoriana de Atletismo.
El especialista está preocupado porque el deportista se ha enfermado del estómago y ha tenido gripes constantes en el año.
La entrenadora Yosvania Molina, con quien se ejercita desde marzo del año pasado, confirmó que el corredor está ahora en un período de tránsito, que incluye descanso, y que retomarán los entrenamientos el próximo miércoles en la pista de Los Samanes.
El deportista reconoció que la temporada no fue buena, que faltó a los entrenamientos y que las enfermedades lo mermaron. Sin embargo, ahora está motivado, sobre todo, porque será papá de una niña el próximo mes.
Álex que ahora está radicado en Guayaquil, se propuso retornar a la élite mundial de la velocidad. ¿Podrá igualar o superar su registro olímpico de hace dos años? Entrenadores y dirigentes aseguran que es posible, con trabajo y dedicación, pues tiene condiciones naturales para la velocidad.
El ecuatoriano llegó a correr los 200 metros en 20,28 segundos, en las clasificatorias de Londres 2012. Desde entonces, no ha podido reeditar esa marca.
En junio, después de casi dos años de su proeza olímpica, recibió una amonestación por parte de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), porque “en reiteradas ocasiones no ha cumplido durante este primer semestre con su proceso normal de entrenamiento, ciclos de concentración y planificación deportiva prevista…” , dice parte del texto.
La FEA elaboró ese documento después de acoger los informes del Coordinador Metodológico y la Comisión Técnica del Alto Rendimiento, programa del que es parte el corredor.
Con ese llamado de atención, fechado el 10 de junio, las autoridades buscan que mejore su comportamiento.
Manuel Bravo, presidente de la Federación de Atletismo, aseguró que después de esa carta el velocista se entrenó con más dedicación.
El técnico esmeraldeño Jorge Casierra, con quien logró el séptimo lugar en Londres 2012, está convencido de que el velocista puede correr por debajo de los 20 segundos en los 200 m.
“No sé qué objetivos se habrá planteado con su equipo de trabajo, pero él tiene el potencial para correr en menos de 20 segundos. Antes de Río 2016 lo puede hacer”.
El técnico que se perfeccionó en Alemania confía en Quiñónez. Él sostiene que los mejores resultados en las pruebas de velocidad se obtienen entre los 26 y los 28 años.
El atleta que gusta del baile y la música salsa tiene 25. El próximo año, el velocista realizará unas ocho competencias. Con su entrenadora quiere viajar a Europa, pero su principal objetivo será buscar el podio en los Panamericanos.