El marchista David Hurtado se entrena para el Sudamericano Sub23 en Argentina. Foto: Archivo EL COMERCIO
A pesar del segundo lugar en el Mundial de Atletismo Sub 20, por segundo por seis milésimas, David Hurtado se siente orgulloso y feliz de haber superado sus propias expectativas.
Dos meses antes, en el Mundial que se realizó en China, fue descalificado en el kilómetro nueve, por cuestiones de técnica, cuando él era parte de los cinco marchistas que lideraban el pelotón.
Para superar ese doloroso momento, un mes después viajó con Javier Cayambe, su entrenador, a España para competir en los 20 kilómetros marcha en La Coruña, donde cruzó la meta en el puesto 30.
Sin embargo, el tiempo que estuvieron en Europa fue bien aprovechado, ya que asistieron a un centro de biomecánica para realizar un análisis de Hurtado y determinar cuáles son los movimientos que realiza y qué aspectos debe pulir para tener un gesto técnico adecuado en la marcha atlética.
El examen les dio la seguridad de que el ecuatoriano podía mejorar su técnica en uno o dos años, por el proceso que debía seguir. Allí recibieron los consejos del español Francisco ‘Paquillo’ Fernández, el ‘archirrival’ de Jefferson Pérez en la década pasada y que ahora es entrenador en Guatemala.
Hurtado revive con emoción lo que le sucedió en los 10 000 metros marcha en Finlandia.
En las últimas tres vueltas de la competencia su entrenador le avisó que solo él y el chino Yao Zhang lideraban la caminata.
Al escuchar el sonido de la campana para la última vuelta, su rival aceleró el ritmo para rematar primero. Hurtado recibió la orden de no perseguirlo porque, tenía dos amonestaciones y corría el riesgo de recibir una tercera y quedar fuera del podio.
Hurtado de todas manera no dejó de perseguir a Yao Zhang y llegaron juntos a la meta. Los jueces definieron posiciones con la ‘foto finish’.
A David no le dolió la decisión de entregarle a él la medalla de plata, porque al fin pudo subir al podio. Hace dos años, fue descalificado cuando definía posiciones en el Mundial Sub 20 de Polonia.
Tras esa presea, tiene nuevos retos. Buscará un cupo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero está consciente que debe iniciar un proceso físico y psicológico, pues desde el próximo año debe subir a los 20 km de la categoría Sénior.
En caso de que el marchista no logre clasificarse a Tokio 2020, seguirá preparándose para lograr un cupo en los Juegos Olímpicos de París 2024 y Los Ángeles 2028.
“Se que aún no podré ser protagonista porque esto lleva un proceso para poder alcanzar la élite en esta categoría. Tenemos un plan para realizar competencias internacionales”, explicó Hurtado respecto a su transición.
El marchista y su entrenador trabajarán en diferentes lugares como en el campo de entrenamiento el Arenal, en Chimborazo; en las faldas del Cotopaxi, para estimular su nivel sanguíneo; y en Guayaquil, para entrenarse a nivel del mar.
Javier Cayambe pondrá en práctica un entrenamiento de contraste, conocido como entrenamiento ping pong, para estimular la velocidad y resistencia en la altura, humedad y en terreno plano.
El ecuatoriano finalizará su último año, en la categoría juvenil, en el Campeonato Sudamericano Sub 23. Allí realizará los 20 000 metros. Además, tiene como meta a corto plazo romper dos récords nacional más para despojar al medallista olímpico, Jefferson Pérez, en las distancias de 5 000 y 20 000 metros Sub20.
“Siempre quise competir en los 20 kilómetros marcha”, comenta Hurtado, que trabajará para clasificarse a los Juegos Panamericanos 2019.