Agosto llega a su fin y con él también concluyen las vacaciones de verano de la Sierra y la Amazonía.
A partir del lunes, los estudiantes primarios y secundarios se reincorporarán paulatinamente a sus actividades escolares, lo cual implica que el tráfico vehicular en las horas pico volverá a sus niveles más altos.
Esta realidad, que se repite todos los años en esta época, amerita una reflexión por parte de los conductores acerca de la importancia de calcular debidamente los tiempos de traslado a sus lugares de destino, tanto en la mañana como en la tarde y noche.
Muchas personas apremiadas por llegar a sus trabajos, a sus hogares o a sus citas, intentan evitar los atrasos yendo más rápido o realizando arriesgadas maniobras que atentan contra su propia seguridad y la de los demás usuarios viales.
Además, el estrés suele ser muy mal consejero a la hora de lidiar con el tráfico. Tampoco faltan quienes abusan del tamaño de sus vehículos o de la potencia de sus motores para tratar de ganar espacios en las vías, irrespetando el derecho de los demás.
El tráfico no debe ser visto como una fatalidad, sino como una oportunidad de organizarnos mejor a partir de ideas creativas y soluciones prácticas.