El portero de River Plate Franco Armani habla con la prensa, después de un entrenamiento el 6 de noviembre del 2018. Foto: Pablo Ramón / EFE
El enfrentamiento entre River Plate y Boca Juniors por el título de la Copa Libertadores 2018 no deja de sorprender, con boletos que se ofertan en miles de dólares, millones de hinchas en vilo por los esperados encuentros deportivos y hasta por las prohibiciones que parecen exageradas.
Esto precisamente se conoció este 6 de noviembre del 2018 cuando representantes de Boca solicitaron a la Conmebol que sus rivales tuvieran la prohibición de decorar el camerino visitante por considerarlo como una provocación a la violencia.
“Fue algo que discutimos en Comisión Directiva y decidimos que River no intervenga en el vestuario visitante. Que River decore el vestuario genera violencia”, dijo Christian Gribaudo, Secretario General de Boca, en una entrevista difundida por TyC Sports y cuyas declaraciones recogió diario Clarín.
“Es un riesgo que River decore el vestuario visitante con banderas y colores de su club. La seguridad está al tanto”, añadió el directivo.
Según Clarín, en partidos anteriores los utileros y los auxiliares del ‘Millonario’ acondicionaban el vestuario con banderas y afiches para que los futbolistas se sintieran como en casa, al menos en ese espacio. Eso es algo que la mayoría de clubes en el mundo realizan, sobre todo en cotejos de mayor importancia como las finales o los clásicos.
El cotejo de este sábado 10 de noviembre del 2018, a las 15:00 de Ecuador, no contará con hinchas visitantes. Esto, como una medida para evitar enfrentamientos entre los fanáticos. Tampoco estarán hinchas de Boca en la revancha el 24 de noviembre.