Pese a sus crisis económica, el ‘Ídolo’ brilló en la etapa. La dirigencia jugó un papel fundamental.
Fue el líder de todo en la primera etapa: el club con más puntos (47), el equipo con más goles a favor (51), con menos goles en contra (19), el que más gente llevó. Barcelona accede a la final del torneo con un rendimiento brillante y envidiable.
Este es un equipo de contrastes: su mejor momento futbolístico coincide con una de sus etapas de más carestía económica. Lo dice su presidente, José Francisco Cevallos: “La situación económica del equipo es para apagar la luz e irse. Pero nosotros hemos decidido pelearla por el amor al equipo y por el apoyo de la hinchada”.
En la primera fase, 185 392 aficionados han acompañado en los 11 partidos de la primera fase del torneo al equipo y han dejado una recaudación de USD 2 302 445. El dinero es un aliciente para la dirigencia, que, sin embargo, ha tenido que pagar USD 5 millones a diferentes acreedores del equipo en el primer semestre del año.
El 31 de marzo, Barcelona informó que el déficit del equipo alcanza los USD 37 millones. La auditoría fue realizada por la firma Execon y se determinó que el equipo debe a extécnicos, exempleados, exjugadores, proveedores. La lista es larga.
Entonces, los dirigentes hicieron un llamado público a los aficionados para que no los abandonaran. Como gancho principal, estaba la atractiva actuación del equipo, que dio cátedra de contundencia jugando de local: ganó 10 de sus 11 partidos y solo cedió un empate ante Deportivo Cuenca (2-2, el 4 de mayo por la fecha 13 del torneo).
El camino para la recuperación económica es larga, pero al menos la institución sabe que el año siguiente recibirá USD
1,8 millones por jugar la fase de grupos de la Copa Libertadores de América.