Jimmy Delgado, (cen.) delantero de Aucas, dispara el balón, ante la marca de dos rivales. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO
La cábala de permanecer en silencio con la prensa antes de un encuentro le dio resultados al técnico Juan Ramón Silva.
Este domingo, 24 de agosto de 2014, Aucas se impuso por 2-0 al Deportivo Quevedo en Chillogallo, adonde llegaron cerca de 5 000 aficionados.
Pero además de esa creencia, Aucas ganó porque corrigió errores del pasado: los jugadores se concentraron desde el primer minuto, mantuvieron el resultado a pesar de quedarse con un hombre menos (salió expulsado José Quinteros) y dominaron el balón a su antojo, sobre todo en el primer tiempo.
Los orientales cumplieron las indicaciones del DT al pie de la letra. El primer tanto llegó al minuto seis, de la mano del paraguayo Lauro Cazal.
A partir de ese gol, los pupilos de Silva intentaron llegar al arco del golero Roberto Riofrío con pases cortos y manejando la pelota a ras de piso.
Con esa fórmula, Jairo Padilla y Jimmy Delgado pusieron en apuros a la defensa del conjunto fluminense.
Padilla le dio movilidad al medio campo hasta que fue reemplazado por Roberto Garcés, al minuto 9 de la etapa complementaria.
Al Quevedo le fue imposible desordenar el juego de los orientales. Y así fue como llegó el segundo tanto de Aucas.
Cazal anotó en el minuto 42. La jugada se generó en los pies de Padilla. El volante intentó sorprender al golero, pero una atajada se lo impidió. Cazal se aprovechó del rebote.
El juego ordenado de Aucas duró hasta los primeros seis minutos de la etapa complementaria, justo cuando fue expulsado Quinteros.
Silva realizó dos cambios que no aportaron y Aucas terminó replegándose. Deportivo Quevedo se aprovechó de aquello e intentó someter a Costa. No pudieron por el trabajo que realizaron los defensores.