Josué López se destaca en el atletismo. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO
Josué López nació con labio leporino. Por ese motivo, a los 3 meses de edad ingresó por primera vez a un quirófano. Ahora tiene 15 años y acumula ocho intervenciones quirúrgicas. A los 18 años tendrá otra cirugía y será para la reconstrucción total de su labio.
La Fundación Sonrisas fue la primera en apoyarlo. En la actualidad recibe la ayuda del Club de Leones de Quito. Cada mes o dos meses, dependiendo de las citaciones médicas que le hagan, viaja a la capital de la República para seguir un tratamiento de ortodoncia.
Según Freddy López, padre del marchista tungurahuense, lo que se pretende con las terapias es que cada vez “hable mejor, que su lenguaje sea claro”. Reconoció que, gracias a los tratamientos y progresos, su autoestima es mejor dentro y fuera de las pistas.
Él recordó que en la escuela “era un niño cohibido”. Pero con la ayuda de su familia, especialmente de sus primos Gustavo y Rosario Espín, dejó su timidez. Su tía, Irma López, es quien lo acompaña en sus viajes a Quito. El recorrido en bus, desde Ambato, es de dos horas y media.
Sus padres no pueden acompañarlo por su trabajo: son comerciantes de carne en el mercado América de Ambato. Amparo Lagua está convencida que los triunfos de su hijo “son una bendición de Dios y que él va a llegar adonde quiere, por todo su esfuerzo”.
Ellos llegaron de sorpresa a Cuenca, la semana pasada, con la idea de verlo competir en los Juegos Nacionales de Menores. Josué no les defraudó, ganó la medalla de oro en la prueba de los 5 000 metros marcha, que se realizó en la pista Jefferson Pérez. Bryan Fárez (Azuay) y Terry Villacorte (Tungurahua) terminaron segundo y tercero.
Con un lenguaje entendible, el andarín destacó que el resultado es fruto de la buena preparación en los últimos tres años. Ese no fue su primer triunfo, un mes antes compitió en un torneo en Quito y también fue campeón en 5 000 metros. En los dos últimos años, en los torneos de marcha que se realizan en Sucúa, sumó dos preseas doradas.
Por su título nacional, el 2016 integró la delegación ecuatoriana que participó en el Sudamericano de Menores que se cumplió en Medellín, Colombia. Allí ganó la medalla de plata en los 5 000 m. Su meta, en el 2018, es destacarse en las selecciones nacionales de la categoría prejuvenil.
Su principal inspiración en la caminata es Jefferson Pérez. “Lo admiro porque surgió desde abajo, sorteando una serie de adversidades”. Anhela emular los éxitos del doble medallista olímpico de 20 km. Es estudiante del primer año de Bachillerato del Colegio Guayaquil, en Ambato.
Según Patricio Villacorte, su dirigido sobresale por la valentía, lucha, empeño y disciplina. Además, el apoyo de su familia ha sido determinante. Incluso, sostuvo que Josué puede competir en Olimpiadas Especiales, lo que falta es obtener un carné habilitante.
El exmarchista recordó que la autoestima de López “era bien baja hace tres años, pero se entrenó con dedicación, ganó medallas y ahora es alta, se ama mucho”.
A su criterio, Josué es un muchacho con talento y hay que trabajarlo respetando la edad de desarrollo para conseguir resultados a escala internacional. El 2018 incursionará en los 10 km y espera que esa transición la pueda encarar con madurez.
López cubre un promedio de 70 a 80 km por semana. El DT advirtió que, “por su edad, trabajaremos con una intensidad regulada”. El andarín recibe una beca de la Federación Deportiva de Tungurahua.