Alfredo di Stéfano, presidente de honor del Real Madrid, murió el 7 de julio a los 88 años de edad.
Como si fuera ayer. Así recuerda Ramiro Montenegro, expresidente de Aucas, el paso del Real Madrid por Quito, el pasado domingo 29 de julio de 1959. Ese día, el equipo merengue enfrentó a la Selección de Pichincha. “Y si no estoy mal, perdimos 5-0”.
Esa fue la única vez que Montenegro miró en vivo y en directo al Real Madrid y a Alfredo Di Stéfano, una de la ‘estrellas’ de ese plantel. Y tuvo ese placer por una decisión de los directivos de que el equipo cumpla con una gira por América Latina.
Di Stéfano nació el 4 de julio de 1926 en el barrio Barracas, en Buenos Aires; y murió hoy 07 a los 88 años en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, tres días después de sufrir una parada cardiorrespiratoria cuando salía de un restaurante.
Considerado uno de los cuatro grandes del fútbol mundial junto con Pelé, Diego Maradona y Johan Cruyff, sufrió el pasado sábado una parada cardíaca en un calle cercana al estadio Santiago Bernabéu y desde entonces permaneció ingresado en la UCI de dicho centro médico.
El legendario jugador del Real Madrid estaba en coma inducido, con intubación y ventilación mecánica en la Unidad Coronaria del hospital Gregorio Marañón, víctima de una “cardiopatía severa”, según último parte médico.
El presidente de Honor del Real Madrid, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, cumplió 88 años el viernes. Su unión con el club blanco comenzó en 1953 hasta 1964, en una de las etapas más gloriosas del madridismo.
Di Stéfano se fue del Real Madrid en 1964, con 38 años, tras perder la final de la Copa de Europa, dejando atrás 510 partidos oficiales con el equipo blanco, en los que marcó 418 goles.
Nacionalizado español, di Stéfano vistió la camiseta de la selección en 31 partidos y marcó un total de 23 goles, aunque no pudo disputar ninguna fase final de un Mundial.
En el año 2000, la junta directiva del Real Madrid, bajo la presidencia de Florentino Pérez, le nombró presidente de Honor.
Montenegro cree que las características que lo hicieron uno de los mejores jugadores del mundo, fue su instinto natural para convertir goles. “Tenía una gran visión de gol. Creo que este tipo de jugador no se repitió jamás”.
Uno de los jugadores ecuatorianos que enfrentó a Di Stéfano fue Gonzalo Pozo, cuando esté jugaba en el Atlético Nacional, y cuando el ‘astro’ del Madrid vestía los colores del Millonarios, de Colombia (1949-1953).
En una crónica, Jorge Ribadeneira, exdirector de Últimas Noticias, cuenta cómo fue ese 29 de julio de 1959.
Las 60 000 entradas se agotaron en un par de horas gracias al aporte de los revendedores. El estadio Atahualpa resultó pequeño, pese a que pocos años antes le llamaron “elefante blanco”. Más de 10 000 aficionados vieron el partido de pie.
Ese domingo 29 de julio de 1959 fue histórico en la trayectoria del fútbol quiteño. El famoso Real Madrid de España se presentó, con todas sus estrellas, frente a la Selección de Pichincha.
Los anuncios destacaron que decir ‘Real Madrid’ era nombrar al ‘mejor equipo del mundo’. ¿Y cómo así llegaba a la lejana capital ecuatoriana? Pues, porque realizó una gira por América del Sur, luciendo sus astros, especialmente el extraordinario número 9 Alfredo Di Stéfano y el cañonero zurdo Ferenc Puskas, argentino y húngaro, respectivamente.
Además, al veloz puntero izquierdo español Fernando Gento y al sólido defensa uruguayo José Santamaría, por nombrar a los más destacados. Los otros integrantes eran también figuras de relieve, entre ellos el arquero Domínguez, el delantero argentino Rial, el español Zárraga.
El club español nació el 6 de marzo de 1902, como Madrid Football Club y pronto se destacó tanto que en 1920 su dirigencia recibió una carta firmada por el rey de España, Alfonso XIII, autorizando que usara el título de ‘Real’. Desde entonces funcionó el Real Madrid, que a estas alturas (2014) sigue brillando.
Pichincha puso un buen equipo, hablando en términos nacionales. El colombiano Mejía en el arco (jugó también Luis Pedrahíta); el atlético Eduardo Zambrano, el habilidoso Clemente Rodríguez, el robusto Gustavo Guerrero, el argentino Brizzone y el colombiano Leonel Montoya en las líneas posteriores.
Adelante, el flaco Hugo Mantilla, el elegante Gem Rivadeneira, el regateador Leonardo Palacios, el paraguayo Atilio López y el excelente cañonero -también argentino- Roberto ‘Pibe’ Ortega. Lo mejor que había en casa.
El profesionalismo se había instalado pocos años antes, en 1954, en Pichincha, con las siglas de AFNA (Asociación de Fútbol No Amateur), encabezado por Pablo Guerrero y Germán Dávila, presidente y gerente, respectivamente. El árbitro fue el argentino Horacio González.
Ya en la cancha quiteña, el Real Madrid hizo honor a su fama. En el primer tiempo Ferenc Puskas disparó tres impecables cañonazos zurdos.
Tres golazos. En el segundo, el crack “saeta rubia” -el argentino, luego nacionalizado español- Di Stéfano marcó dos goles más. El Pibe Ortega entró al concurso de potencia y anotó el gol de honor para Pichincha. Total, 5-1.
La afición salió un poco triste por la paliza pero feliz por la demostración del Real Madrid y siguió de cerca las andanzas españolas, europeas y mundiales del equipazo que pasó por Quito.
Además, claro, de sus rivales, especialmente del formidable club Barcelona que nació en 1899 y ahora se juega un permanente duelo con el Real. Sin que falten, de vez en cuando, las incursiones del Atlético de Madrid, el club colchonero nacido en 1903.