Katia Barros dejó la actividad deportiva en septiembre pasado. Lo hizo porque por dedicarse a la natación y a sus estudios superiores no descansaba ni se alimentaba adecuadamente. Ella es alumna del segundo ciclo de Arquitectura.
La nadadora de 19 años no podía descuidar ni lo uno ni lo otro. “Cada día tenía más exigencia conmigo misma y por eso dejé de entrenarme”. Su última participación fue en julio del 2013, en el Mundial de Aguas Abiertas, en España.
Como Barros, otros seleccionados nacionales experimentan una situación similar. El año pasado, por ejemplo, algunos deportistas élite abandonaron sus estudios para participar en los campamentos y en las competencias.
Es el caso de las racquetbolistas Verónica Sotomayor y María Paz Muñoz, quienes en julio del año pasado dejaron las aulas para viajar a Florida, Estados Unidos. Allí se prepararon dos meses, en los Tours Profesionales.
Sotomayor espera retornar el próximo ciclo a la Universidad de Cuenca, para seguir el segundo año de Fisioterapia. Muñoz, en cambio, retornará en marzo a la Universidad del Azuay, para continuar el noveno ciclo de Estimulación Temprana. “Me falta un año y medio para terminar la carrera”.
La marchista Paola Pérez volvió a las aulas universitarias en septiembre pasado, tras prepararse en Europa. En noviembre pidió permiso para competir en los Bolivarianos. Ella es alumna del cuarto ciclo de Educación Básica en la Universidad de Cuenca. “Debería estar en séptimo ciclo”.
En la actualidad tiene clases en la tarde y debe darse tiempo para asistir a los entrenamientos. “La situación está complicada porque la exigencia es en ambos frentes”.
El motociclista Andrés Benenaula también dejó de estudiar Administración de Empresas. El año pasado, durante cuatro meses, se entrenó en EE.UU.
Bravo, Sotomayor, Muñoz, Pérez y Benenaula integran la lista de 278 seleccionados que son parte del Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte. Cada mes reciben una remuneración económica. De ese número, pocos tienen la posibilidad de estudiar y entrenarse sin pasar apuros.
Según Luis Gómez, viceministro del Deporte, la alternativa es el estudio a distancia o virtual. El Ministerio financia esta modalidad -dentro y fuera del país- a quienes lo soliciten. “Deben hacerlo a través de sus federaciones ecuatorianas, por deporte”. El exfutbolista aclaró que “por ahora estudiar no es obligatorio”.
La diferencia entre Barros y los demás seleccionados es que la nadadora se inclinó por la Arquitectura. Tiene clases por la mañana, tarde y noche. Una de sus profesoras, Catalina Vintimilla, la define como una estudiante responsable, “que cumple a cabalidad con sus tareas”.
Barros, desde el 2009 hasta el 2013, compitió seguidamente en los campeonatos mundiales de Italia, Canadá, China, Turquía y España. La posición 21 en Canadá en los 10 kilómetros es su mejor posición. Su aspiración es retornar a las competencias de alto nivel tras lograr el título de Arquitecta.