Alberto Montaño fue futbolista activo, inició un movimiento religioso que con el tiempo se convirtió en un referente de fe para los jugadores de todo el país.
¿Quién involucró a los jugadores con el Ministerio de los Atletas de Cristo en el país?
El primero fui yo. Luego se unieron Wilson Carabalí, Frickson George, Lizandro Torres, Arlin Ayoví, Henry León y Andrés Criban.
¿Cuándo usted estuvo en la Selección, en la época de los noventa, ya existían los Atletas de Cristo o quién los involucró?
Fue un problema porque fui el primero. Hubo bastante resistencia. Fue poco a poco que se empezó a regalar camisetas y biblias en las canchas, pero a los dirigentes y a los técnicos no les gustaba mucho eso. Ahora es algo normal, se ve en las canchas pero se tuvo que pagar un precio. Siempre hubo una resistencia, pero ahora me da alegría haber podido ayudar. Luego, vino un antes y un después del ministerio.
¿Usted fue el primero y esto incentivó a otros futbolistas?
Sí. Primero empecé en mi club, en Barcelona, y luego en cada club donde estuve. Se dio la idea de orar antes de salir al campo de juego, o en el campo.
¿Cómo involucró a los jugadores de la Selección de Ecuador?
Siempre se produce un choque en lo que es lo espiritual o lo religioso en el campo de juego, pero yo siempre les decía a los compañeros que no porque recemos íbamos a ganar, porque el otro equipo hace lo mismo. Todo depende de que nos esforzáramos e hiciéramos bien las cosas en la cancha. El tema de la oración es para que Dios nos cuide de las lesiones. A Dios no se le pide ganar un partido de fútbol.
¿Qué jugadores mundialistas se hicieron Atletas de Cristo?
Agustín Delgado, Ulises de la Cruz, Frickson Erazo, Otilino Tenorio y otros más que se abrieron y si los nombró capaz se van a incomodar. El mismo Iván Kaviedes, pero la situación de él no era tan fácil.
Primero fue una idea luego, ¿cómo se hizo una organización?
En 1995 quedé campeón, levanté la copa, no sentí nada, tenía 25 años. Me acerqué a Dios por eso, no como otros dicen que por droga o un divorcio. Me acerqué por la necesidad personal, tenía un vacío en mi corazón y me acerqué a Dios, me llenó mucho.
Y a usted, ¿quién lo invitó para acercarse a Dios?
Fue José Fernando ‘Lupo’ Guerrero, con quien pudimos compartir en 1995, él era cristiano y me compartió la Palabra de Dios.
¿Cómo reflejan los jugadores Atletas de Cristo su fe en el fútbol?
Es complicado. Si tú das una patada demás siempre te estigmatizan como el hermanito, el cristiano, y si no lo haces, dicen que no lo haces porque eres cristiano. Pero tienen que entender que somos iguales, que nos contratan por cualidades no por ser cristianos.
¿Es decir que los Atletas Cristo son criticados y rechazados en todas las canchas?
Hemos caminado con esa cruz toda la vida. No solo los dirigentes, los periodistas lo sufren, pero me siento contento que se ha podido superar esto.
¿Cuántos futbolistas están involucrados en este ministerio de fe?
Son algunos. Tenemos varios en todo el país y fuera de él. En todos los clubes del país todos han abierto sus corazones. Narciso Mina ya está hablando de la palabra de Dios en México, tenemos otros por Argentina; el objetivo no es solo local.
¿Cómo trabajan en los clubes los del ministerio de los Atletas para tratar de captar más fieles?
No solo el futbolista sino también las parejas de ellos trabajan con las familias de los jugadores. Muchos llegan de familias disfuncionales y nosotros lo que intentamos es poder ayudar y aconsejar en la crianza de sus hijos, en el trato a la pareja, en el tema económico de saber administrar su dinero y pensar en el futuro. Muchos creen que solo es en la parte religiosa y no es así. Nosotros vamos a los clubes y hablamos de la Palabra de Dios y les damos un tiempo para que piensen y se decidan.
¿Cuándo se reúnen?
Nos reunimos aquí (Rodolfo Baquerizo, en La Alborada) los martes y domingos. Tenemos reuniones extraordinarias cuando juega la Selección, porque no hay campeonato; comemos algo, vamos a una cancha, jugamos… La idea más es compartir.
¿Cómo se financian?
Todos aportamos. Cada uno aporta con algo para que el ministerio salga adelante. Para poder comprar Biblias, hacer camisetas, todo.
¿La parte positiva es que los jugadores se muestren abiertos a hablar de su religión?
Ellos encontraron una vida diferente; ellos aprendieron que no todo en la vida es el fútbol. Aprendieron, a través de la Palabra, a ser padres, esposos, hermanos, hijos; como personas aprendieron y sienten alegría al identificarse.
¿Quiénes conforman el Directorio del actual ministerio?
Soy el presidente y en el Directorio están: Wilson Carabalí, Frickson George, Joe Vargas, Leoverlis Mina, José Carabalí, Armando Wila y otros más.
¿Se podría decir que Emelec es un ejemplo? Hemos visto muchos Atletas de Cristo, como defensa Gabriel Achilier…
Sí. Lo que hace Gabriel Achilier es la Gloria de Cristo, es otro ministerio que se está levantando con el pastor Zapata, y me alegro mucho por ellos.
¿Cómo se contactan con los otros atletas que están en otros sitios o fuera del país?
Nosotros los visitamos, compartimos con ellos, oramos y como líderes siempre estamos pendientes.
En esta Selección, ¿cómo aportan los Atletas de Cristo?
El punto es que siempre estamos preocupados por el prójimo, vemos muchos jugadores que tienen mucho dinero, pero no están bien. Los jugadores que están en la Tricolor y son parte del ministerio les llevan la Palabra de Dios y les sirven de guía.
¿A qué apunta el ministerio de los Atletas de Cristo en el futuro?
Las añadiduras: tener más integrantes, captar más chicos, especialmente jugadores jóvenes solteros para que escojan una buena mujer.
Hoja de vida
Alberto Montaño
Su biografía. El ex defensa nació en Esmeraldas el 23 de marzo de 1970.
Experiencia. Jugó 57 partidos con la Tri. Jugó dos Copa América (1997-1999).