Rafael Correa debería recordar que al ser elegido presidente -de manera democrática- automáticamente lo es tanto para quienes le dieron el voto o no.
Se puede ver fuera de lugar como en la cadena de ayer, de nuevo, llama a la confrontación pacífica, según la llama, entre los ecuatorianos que lo apoyan, contra los que no. Un Presidente debe asumir un papel conciliador y convocar más bien a diálogos pacíficos.