El costo de la libertad significó la entrega de la vida de muchos de nuestros antecesores, para otros fue resignarse a vivir, con la perdida de algún miembro producto de la defensa de su libre albedrío, en las diferentes batallas; de vivir de acuerdo a la guía de su voluntad y conciencia, de aprender y trabajar tomando en cuenta sus gustos e inclinaciones y escoger sin presiones a la persona indicada en nuestra vida, así como atender las necesidades y cuidados de quienes amamos.
El voto es defender con libre determinación, todo lo que significa el costo de la libertad, aquello que justifica nuestra razón de vivir. En años anteriores hemos comprobado, que nuestro poder de decisión se ha mermado, debido al enorme endeudamiento por parte del gobierno. Esto ha limitado nuestra capacidad de obtener recursos para construir más escuelas y colegios, más centros médicos que cuidarían mejor nuestra salud, a esto se suman más fuentes de trabajo en el área de la educación y medicina, y complementariamente el factor multiplicador.
Algunos candidatos siguen ofreciendo echar mano al Banco Central, que es el guardián del actual sistema monetario que coloca la capacidad adquisitiva de todos nosotros, la respuesta para mantener esa base es la creación de más trabajo, con mayor excelencia y calidad, para lograr exportaciones como las de las flores y cacao, debido a las excelentes condiciones de nuestro clima y tierra, así como de la capacidad de nuestra gente. Una moneda paralela al dólar o electrónica, en las actuales condiciones, nos colocaría igual que Venezuela o Cuba o seguiría el camino de la Argentina. Votar mirando el sacrificio de nuestros antepasados, es velar por el futuro de nuestros hijos y su bienestar, es asegurar fuentes de trabajo y defender la libertad, cuyo costo tiene un valor inestimable.