Llamó la atención que el investigado por el caso de ventas con sobreprecios de medicinas e insumos médicos al IESS, Daniel Salcedo, tuviera una disfunción auditiva y, por tanto, poseyera un carné que certifica el 46% de discapacidad; lo que lo llevó a importar carros de lujo. Uno está en la bodega de Fertisa. Costaría USD 100 000 en el Ecuador, pero pagó USD 25 000 en EE.UU.
Se ha destapado la olla de grillos de este proceder de Salcedo, pues el Consejo Nacional de Discapacidades, Conadis, ha presentado denuncias por supuestas irregularidades en la entrega de carnés. En nuestro país siempre tienen que suceder irregularidades en las instituciones públicas para actuar después, lo cual resulta siempre sospechoso. Una banda capturada vendía hasta en USD 1200 un carné ilegal de discapacidad, según la Policía; mientras un niño, que perdió un ojo por cáncer, lleva 18 meses esperando por el carné.
Asambleístas, alcaldes y altos funcionarios han importado carros de alta gama aprovechando beneficios legales, el 70% de descuento en aranceles; la Fiscalía los investiga, así como a los futbolistas que han logrado carnés de discapacidad. Con los carnés otorgados por el Ministerio de Salud Pública, se logra, según el porcentaje de discapacidad: deducir del pago del impuesto a la renta un valor adicional; sobre los servicios: telefonía móvil, internet y transporte, el descuento es del 50%, etc.