Ya no encontramos palabras para convencer a todos los responsables de las obras públicas del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, de la urgencia de iniciar la Ruta Viva y poner en marcha la solución vial al valle de Cumbayá y nuevo aeropuerto de Quito.
Las infernales consecuencias de tal letargo y retraso de más de dos años en iniciar una obra financiada y con su ingeniería lista, las viviremos por los próximos dos años todos los habitantes del valle y los usuarios del nuevo aeropuerto.
No logramos entender el porqué de tal lentitud y desidia para poner en marcha una obra fundamental como la ruta viva.
No es de extrañar que en los próximos años les ardan las orejas a todos los funcionarios municipales ante la avalancha de quejas y otras frases que a diario y a toda hora los sufridos usuarios expresarán durante las interminables horas de tortura al transitar por las actuales saturadas y obsoletas vías.
En cuanto al actual alcalde Augusto Barrera, le recomiendo se olvide de las próximas elecciones y entregue la conducción de la ciudad a alguien con liderazgo que ponga en marcha al Municipio.