Es indudable que, el deporte a través del tiempo nos ha permitido ver figuras que a más de sus aptitudes y destrezas físicas, han dejado huella por sus triunfos que lo han llevado a la fama y a la gloria; mejor aún si se cubren con ese halo de serenidad, sencillez y cordura para asumir el compromiso de sentirse una estrella en el firmamento deportivo.
Escribo esto, a propósito de las banales declaraciones de un narciso jugador portugués (Ronaldo), quien en un destello de arrogancia fatua se autodefine como, millonario, talentoso y guapo (ja ja). Deportistas de ese perfil, jamás serán un referente a imitar por las generaciones de jóvenes deportistas.
Aquellas declaraciones en un mundo en crisis, es una bofetada a la pobreza y a la humildad de millones de seres humanos, que a veces claman por un pedazo de pan y agua.
Al parecer, es probable que lo tenga todo (según él), sin embargo, no se da cuenta que a su ego hipertrofiado le falta la coherencia, serenidad y sencillez por toneladas que jamás podrá comprarlas con su abundancia de dinero.
Este señor, con esas declaraciones demuestra, quizá, su frustración por no ser considerado el mejor del mundo, -como quisiera-, pues siempre estará por encima de él, en calidad técnica y humana el talentoso futbolista Lionel Messi, quien va en camino de ser recordado como lo fueron Pelé, Kubala, Di Stéfano,Spencer,etc.