Como un ciudadano ejerciendo su derecho a opinar, me dirijo muy comedidamente al señor Presidente Moreno, y le pregunto ¿qué pasó con los agresores – vandálicos al pueblo ecuatoriano, autoridades, medios de comunicación, democracia y demás? ¿Dónde está la justicia que usted pregona? Esos personajes están libres como el viento y bien librados de una justicia que solo amaga ejercer el castigo que se merecen.
Se dirá que el juicio de la historia les cobrará sus intrepideces politiqueras, pero ese juicio es moral y estoy seguro no será asimilado por esos protagonistas de desecho; el juicio penal por petulantes e inciviles, debe ser una realidad liderada por usted señor mandatario. El verdadero pueblo no ha olvidado la película de terror que vivió en octubre, y no lo hará porque aún no se cierra la llaga que nos abrió un grupúsculo de indígenas manipulados por un líder que dista mucho de ser un líder ciudadano.