Es reconfortante observar que los ecuatorianos se hayan volcado a ayudar a quienes lo necesitan en este momento, los damnificados del terremoto. Esto hay que reconocerlo. Pero el Gobierno, a través de un nuevo paquetazo económico que envía a la Asamblea, pretende cargar solo al pueblo la reconstrucción de las zonas afectadas por el desastre. En tanto, ¿el Gobierno en qué contribuye?
Lo interesante hubiera sido escuchar al Presidente decir que él y todos sus ministros, subsecretarios, gobernadores, incluido el Vicepresidente y asambleístas se van a reducir los sueldos por un año. O que va a reducir ministerios, como el de la Felicidad, reducir el turismo oficial, vender los aviones presidenciales, acabar con las sabatinas que solo sirven para el insulto, los gabinetes itinerantes, etc. Eso hubiera sido una muestra de sensibilidad con los afectados.
Con tantos tributos y leyes antiempresa privada, el Gobierno ha creado un terremoto económico más grave que el que ha vivido la Costa. Es lamentable que el Gobierno no hubiera ahorrado una pequeña parte de la bonanza petrolera que tuvo como nunca en la historia. Hubiese servido para afrontar este desastre. Al país se lo ha venido endeudando brutalmente y el pueblo ya no resiste más impuestos.