¡Qué maravilla! Desde Riobamba se puede contemplar unos panoramas incomparables donde resaltan el Chimborazo, el Carihuairazo, el Tungurahua, el Altar, el Quilimas y otros montes y elevaciones. Al año de haber salido de esa linda tierra, en busca de trabajo, cómo extrañaba sus montañas y sus valles; cómo me hacían falta como si hubieran sido las personas más amadas. Hay que estar lejos para darnos cuenta de las cosas preciosas que tuvimos que dejar en la tierra natal. Y qué decir de otras bellezas como las lagunas: de El Atillo, de Colta, Colay, Yuntana y Magtalán, que adornan a esa provincia o la misteriosa laguna de Ozogoche, donde pagan tributo las aves silvestres en su paso por las alturas de la cordillera. Las veces que hemos volado de Quito a Cuenca o a Loja nos hemos maravillado contemplando esos increíbles paisajes que nos brinda la naturaleza en el centro del Ecuador. Y qué decir de sus personas descendientes de los Puruáes y de los hallazgos arqueológicos encontrados en la quebrada de Chalán en la jurisdicción del pueblo de Licto, nos recuerdan que allí vivieron los primeros habitantes de este país maravilloso. Sí, todos los caminos llevan a Riobamba; sí, fue la primera ciudad y la que tuvo su primera iglesia, la primera radiodifusora del Ecuador y entre tantas otras cosas fue la primera. Y Riobamba vio aterrizar al primer avión hace casi 100 años, según me contaba mi padre, aunque ahora personas poco visionarias quieran destruir su pequeño aeropuerto soñado por nuestro mayores; sí, en la llanura de Tapi se dio la batalla decisiva y fue el preludio del triunfo de Pichincha; sí, allí nacieron: el gran sabio Maldonado, el padre Juan de Velasco y José Orosco, Magdalena Dávalos, Bernardo y Miguel Argel León, y los indios Sáez y Morocho a quienes Alfaro los ascendiera a los grados de coroneles por su rebeldía y coraje al adherirse a la lucha liberal y otros grandes hombres que dieron lustre a la patria. Sí, hasta Bolívar se inspiró en el Chimborazo. Si sus hombres, como dice su precioso himno, “un día rugieron vencidos, no nacieron con alma de esclavos”, por qué no rendirle pleitesía en este mes de abril… Nuestro saludo a la ciudad Sultana de los Andes.