Yarón Avitov es un judío que ama a la literatura, como ama a su compañera y a su patria. Su compañera es ecuatoriana, motivo suficiente para tener una parte de su corazón ecuatoriano. Dentro de sus investigaciones, como literato que es, ha percibido que los lojanos, ubicados en el “último rincón del mundo”, realidad a la que fueron confinados por ciudad aislada, con carreteras de llorar, sobre todos antes del presidente Correa, les llevaba a ser “aisladitos” en lo geográfico, más no en lo cultural, pues todo el que sabe un poco de Loja reconocerá que esta es un emporio de artistas, poetas, cuentistas, novelistas, antropólogos. Sociólogos, indigenistas, biólogos y más ….
Ser lojano es cosa seria, se lo siente cuando uno está en este rincón hermoso de la Patria, Loja, la ciudad más limpia del Ecuador. Pues Yarón se ha mandado un cortometraje, de 65 minutos donde desentraña con colorido el alma lojana del cultor literario. Aparecen testimonios de Benjamín Carrión, Alejandro Carrión, Ángel Felicísimo Rojas, Pablo Palacio, Pío Jaramillo Alvarado y familiares de estos que tejen el sabor y pasión de la literatura lojana. Claro está que no puede estar exenta del bautismo sefardita, el judaísmo no se puede negar jamás y esto también es Loja. He disfrutado de un cortometraje de altos quilates.
Gracias por contribuir al bien cultural de mi patria.