El 25 de septiembre, el Arq. Fernando Carrión escribió en este prestigioso Diario un artículo titulado ‘Grafitis por metro’.
En dicho texto plantea algunas afirmaciones inexactas que merecen ser aclaradas.
Primero: El Sr. Carrión se cuestiona “cuál es la razón para traer los vagones con tanta anticipación? Si el Metro se inaugurará en noviembre del año entrante y las pruebas se iniciarán en julio de 2019”.
La construcción del Metro de Quito mantiene una planificación rigurosa. Cada centavo que se deposita en este proyecto tiene que ser utilizado con responsabilidad, es así que esta obra ha mantenido su plazo y precio sin alteraciones, reconocido por los cuatro organismos multilaterales que financian el proyecto.
La llegada del primer tren del Metro de Quito, ocurrida el 1 de Septiembre, está dentro de la planificación de entrega de la CAF, la empresa fabricante. Son 18 trenes, que por su complejidad y tamaño, deben ser coordinados de manera técnica y responsable con meses de anticipación.
Las primeras pruebas con el tren que arribó a Quito arrancarán en noviembre de 2018 y no en julio de 2019 como señala Carrión.
Segundo: El Municipio de Quito siempre ha diferenciado entre el arte urbano y el grafiti vandálico que atenta contra el espacio público y la propiedad privada; es contra este último que la Alcaldía de Quito ha declarado la guerra en sintonía con el repudio de todos los quiteños. El Municipio de Quito ha destinado 80 espacios en la ciudad para que los artistas urbanos se expresen y sean reconocidos. En pocas semanas, 8 pasos deprimidos serán intervenidos por más 300 grafiteros. Este es un claro ejemplo de diálogo, inclusión y respeto a la ciudad.
Tercero: Los trenes del Metro de Quito están asegurados por una empresa internacional. En las instalaciones de Talleres y Cocheras, el Consorcio constructor tiene una seguridad que cumple con todos los estándares internacionales para este tipo de obras, por lo que no cabe señalar “por qué Rodas y Zapata no generaron precauciones mínimas para que esta tradición común en los Metros del mundo no llegue a Quito”, al referirse Carrión al vandalismo en el Metro. Es repudiable que 20 personas con armas de fuego sometan y amordace a los guardias de seguridad para atentar contra uno de los vagones del Metro de Quito. Esto se trata de un hecho delincuencial sancionado en el Código Orgánico Integral Penal. El hecho no puede ser comparado como arte urbano y mucho menos ser aceptado como una tradición común a nivel internacional.