La respuesta del Sr. Raúl Pérez Torres a la carta de Édgar Freire sobre la situación de Ulises Estrella es lamentable. Prevalece en ella un tono que poco se compadece con el cargo al que el Sr. Pérez ha sido elevado. Un tono que, habiéndose tornado común en las altas esferas de la República, parece haber arribado a la Casa de la Cultura, un espacio del que debería estar por naturaleza excluido.
Paradójicamente, la respuesta del Sr. Pérez permite, en sí misma, atisbar lo acertado de la percepción del Sr. Freire. Cuando se considera normal el calificar públicamente de “recogedor de datos” a un hombre de la trayectoria y de la prestancia intelectual de Édgar Freire, acciones y omisiones del mismo tipo respecto de otras personas son evidentemente posibles. De la misiva del Sr. Pérez se podría colegir un cambio de actitud con respecto a Ulises Estrella. Ojalá, más allá de un momentáneo impulso, ello se compruebe cierto. En tanto, sea esta la oportunidad para expresar un saludo a Ulises y a Édgar, hombres íntegros cuya valía para la cultura ecuatoriana no depende en modo alguno de circunstancias pasajeras.