Por ahora no quiero hacer referencia a la participación directa del ciudadano americano Donald Trump en los acontecimientos bochornosos y peligrosos para la democracia representativa ocurridos en los Estados Unidos. Prefiero recordar a un personaje peligroso de la historia que gobernó al imperio romano auto proclamándose el mejor intérprete de todas las artes y auto alabándose como símbolo de Roma.
Su madre, Agripina la Menor, le facilitó mediante maniobras poco éticas e inmorales que Nerón sea proclamado Emperador del imperio romano en el año 54 DC. Ella participó intensamente en las decisiones imperiales de su hijo apoyada por sectores del Senado romano, a tal nivel, que su hijo intentó varias veces eliminarla para poder gobernar totalmente, hasta que lo logró. Una vez que esa influencia no existía pudo enloquecer a Roma con sus poses y dictámenes atroces.
Para demostrar que él era superior a Roma la mandó a quemar, dicen que, desde los balcones de su palacio, bailó y cantó mirando ese macabro escenario. Una vez que el fuego cesó culpó a sus enemigos los cristianos de ese ataque a la honra romana y ordenó a sus incondicionales su persecución y su muerte.