El lector Juan Fernando Williams Salcedo, en ‘Correa nos enseñó a odiar’, dijo: “(…) desde hace nueve años Rafael Correa se ha dedicado a fomentar el odio entre ecuatorianos para dividirnos y debilitarnos. Primero empezó sembrando el odio social, luego contra los banqueros (…)”. Williams debe saber que Correa nos enseñó a odiar el contrabando, la evasión de impuestos, la elusión fiscal, a la falsa producción, a la falsa industria, a la desinformación y manipulación de la información.
En fin. Rafael Correa tiene una formación en valores que le enseñó su madre primero, y luego que la adquirió en La Salle (primaria), con los salesianos (colegio) y en la Universidad Católica de Guayaquil. Por eso es un partidario de la verdadera Doctrina Social de la Iglesia, de la solidaridad cristiana, su compromiso y “opción preferencial por los pobres”, etc.
En sus nueve años de liderar la Revolución Ciudadana, ha sido consecuente con sus principios e ideales; se ha dedicado por completo a hacer ciertas transformaciones en lo social, político y económico, que por más que sus opositores traten de querer ocultarlo no lo pueden ni lo podrán.
Su gran labor en salud, educación, tecnología, obras públicas (carreteras, puentes, hidroeléctricas, multipropósitos, etc.). La historia sabrá reconocer su gran obra, como también señalar sus errores humanos.